De la pobreza a la miseria por el coronavirus

Para que la vida de las personas regrese a la normalidad pasarán semanas, meses. La pandemia del cólera virus le pegará cada día más fuerte a los pobres, irán creciendo las necesidades de la gente que tiene muy poco y necesita mucho. Son los hombres y mujeres que viven al día, que comen y visten con lo que van ganando, pues no tienen salario ni prestaciones sociales. ¿Cuántos en Cuernavaca? Docenas de miles, todas las mujeres y todos los hombres que carecen de un empleo formal, la masa tumultuosa de mariachis, trovadores, boleros, vendedores ambulantes, taxistas y choferes de rutas, cantantes en restaurantes y antros, limpiaparabrisas, viene-vienes, payasos, faquires callejeros. Además, un etcétera largo, larguísimo, de habitantes de Cuernavaca de condición paupérrima que por años han estado visibles pero por estos días poco se ven, ahuyentados por la epidemia temible que los ha sacado de la calle y empujado a sus casas. Sin dinero, vacíos los bolsillos y abundantes las necesidades, ¿quién los ayuda, hay alguien que salga en su auxilio? Sí.

Digamos que el alcalde Antonio Villalobos Adán, pongámosle el saco por el deber social del puesto que desempeña y por ser quien es, un tipo nacido y crecido en Cuernavaca al que naturalmente le duele Cuernavaca, así que puede, por ejemplo, proponer al cabildo y éste autorizar que a partir de la siguiente quincena les descuenten la mitad de su salario a los funcionarios del Ayuntamiento con plazas de secretario hasta directores, incluidos por supuesto el propio presidente municipal, la síndica y los regidores. Formarían una bolsa quincenal para repartir dinero contante y sonante, en efectivo, pues, entre la multitud de autoempleados a que ya eran pobres pero el covid-19 amenaza sumirlos en la miseria.

Una medida así pondría a los de Cuernavaca en sintonía con la política social del presidente Andrés Manuel López Obrador que el domingo anunció que reducirán el sueldo de los altos empleados del gobierno federal y se les cancelará la prestación del aguinaldo, como parte de las medidas de austeridad que se adoptarán para hacer frente a la emergencia económica ocasionada por la pandemia de covid-19… NO fueron las ganas de trabajar sino la inercia imparable de la pandemia lo que regresó a sesionar a los diputados del Congreso Estatal. Cosas por hacer tienen para dar y prestar. Por ejemplo, lanzar una iniciativa anónima, sin nombre, apellido y partido, para que nadie se adorne, sancionando el oportunismo politiquero de servidores públicos que, hipócritas, se sirven de las redes sociales diciéndose angustiados por el cólera virus, repartiendo unas cuantas despensas, tomándose fotos, regalando gel desinfectante, haciendo declaraciones idiotas sobre cuestiones que desconocen… EL odiado cólera virus metió en la congeladora acciones de gobierno cuya aplicación parecía inminente. Una entre otras es la creación del fondo económico de emergencia para rescatar de la crisis financiera a los municipios. Sería de 150 millones de pesos, por medio de la ampliación presupuestal que menciona el secretario de Hacienda, Alejandro Villarreal Gasca. Asegura que hay la disposición de apoyar a los municipios, pero aclara que siguen a la espera de una respuesta de la federación a la petición del gobierno estatal. O sea, nada. Semanas atrás este asunto ya estaba complicado, y aunque insistentes los reclamos de alcaldes como Rafael Reyes, Agustín Alonso y Juan Ángel Flores, de Jiutepec, Yautepec y Jojutla, respectivamente, la llegada de la emergencia sanitaria acabó de dificultar aún más el tema… (Me leen después). 

 

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