Guanajuato, uno de los estados más violentos de México, fue escenario de una nueva masacre en el municipio de Apaseo el Alto. Cinco personas fueron asesinadas en el local de reciclaje conocido como “Los Cholos”. El ataque ocurrió alrededor de las 10:00 AM del 20 de agosto, cuando individuos armados ingresaron al establecimiento y abrieron fuego contra los presentes, resultando en la muerte de cuatro hombres y una mujer. Además, una persona resultó herida en el incidente.
Los residentes de San Antonio Calichar alertaron a las autoridades tras escuchar las detonaciones, lo que llevó a una rápida movilización de la Policía Municipal, la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano para asegurar la zona y buscar a los responsables. Al llegar, los paramédicos confirmaron que las víctimas ya no presentaban signos vitales. Hasta el momento, no se han revelado las identidades de las víctimas ni los motivos detrás del ataque.
Mientras tanto, a pocos kilómetros del lugar, automovilistas que transitaban por la carretera federal Celaya-Salvatierra reportaron el hallazgo de dos cuerpos colgados de un puente cerca de Rincón de Tamayo, lo que añade más gravedad a la situación de violencia en la región.
Guanajuato: Un estado azotado por la violencia
Entre enero y julio de 2024, Guanajuato ha registrado 2,159 homicidios, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). De estos, 1,432 han sido clasificados como homicidios dolosos, con 1,195 cometidos con armas de fuego. Estas cifras sitúan a Guanajuato como el estado más violento del país, superando al Estado de México en términos de homicidios dolosos.
El reciente aumento en la violencia es evidente, con 39 homicidios dolosos reportados en los últimos cinco días. Los incidentes se han concentrado en ciudades como Celaya, Irapuato, Salamanca y León, algunas de las más afectadas por la ola de violencia en el país.
Guanajuato ya había registrado más de 30 masacres durante el primer semestre de 2024. Entre las más destacadas se encuentran las masacres de Celaya, que involucraron a miembros de la Guardia Nacional, y las dos masacres ocurridas el 16 de agosto en Salamanca y Valle de Santiago, que resultaron en la muerte de siete personas.