El confinamiento como medida de prevención de contagio del COVID-19 ha sido importante, pero también provoca algunos efectos negativos en la salud de las personas, que compromete el funcionamiento cognitivo y el sistema cardiovascular.

En un artículo presentado por el investigador posdoctoral del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, David Rodríguez, se detallan las afectaciones en la salud de las personas. Explicó que la pérdida de interacción humana y física induce un estado de estrés primero agudo, y según la duración de la limitación del contacto físico, se da el estrés crónico.

El organismo presenta una oleada de calor en la frente, con las manos y nariz fría, la diferencia de temperatura facial es una manifestación del sistema nervioso autónomo cuando interactúa con demandas ambientales: mientras mayor es el esfuerzo cognitivo, mayor es la diferencia entre la temperatura nasal y la frontal.

El uso de redes sociales y aplicaciones móviles para la comunicación es alternativa, pero insuficiente para conocer el nivel de apoyo social que las personas perciben. “La falta de apoyo social induce un sentimiento de desconfianza y un estado de intranquilidad que se manifiestan en nuestro organismo. Y al contrario, cuando nos sentimos apoyados es probable que nos encontremos relajados, receptivos”, indicó el investigador.

 

JOSÉ AZCÁRATE

jose.azcarate@diariodemorelos.com

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