La transformación urbana de Cuernavaca

Todos recordamos a nuestra Cuernavaca antigua, aquella de los años sesentas y setentas, en donde disfrutábamos de la tranquilidad que da una ciudad mediana del interior de la República, en donde encontrábamos calles tranquilas repletas de ciudadanos habidos de saludar a sus vecinos, en donde la juventud se dirigía al sócalo a disfrutar de una tarde tranquila sentados en agradable convivencia, en donde podíamos divertirnos en la fiesta del “Carnaval de Cuernavaca” que tan pocos años duró o a la “Feria de la Flor” que después de muchas vicisitudes se transformó en la “Feria de la Primavera”.
Estos recuerdos están enmarcados principalmente en las calles del Centro Histórico de Cuernavaca, punto central de convivencia de todos; sin embargo, también recordamos las colonias aledañas al centro, como: Amatitlán y Acapantzingo con sus huertas de guayabas y mangos, el hermoso bosque en Santa María y Chamilpa, las residencias en Reforma y la Carolina y su rastro por mencionar algunas.   
La Cuernavaca de nuestros recuerdos se ha ido transformando con el paso de los años, logrando una expansión territorial nunca antes vista, en donde la imagen urbana tradicional de las viviendas ha desaparecido, ya no vemos casas con muros de adobe y cubiertas inclinadas hacia el interior, que al frente lucían con aplanado y remates de cornisas y rodapiés, en donde sus accesos mostraban grandes puertas de madera rematados con marcos y balcones de herrería laterales.
Conforme pasa el tiempo hasta llegar a la actualidad, hemos sido testigos de la aparición de diversas tipologías de vivienda en Cuernavaca, las grandes residencias dejaron de ser una constante para dar paso a fraccionamientos cerrados, y posteriormente a la aparición de vivienda residencial dispuesta en tejido urbano abierto, esto lo podemos ver en la Colonia Reforma y la Colonia Vista Hermosa principalmente.
En otras partes de la ciudad encontramos la aparición de conjuntos de vivienda de tipo medio alto unifamiliar en lotes promedio de 500 metros cuadrados y construcción de 300, que conviven con condominios horizontales que cuentan con amenidades en las áreas comunes, consistentes en alberca, palapa, casa club y algunos hasta con cancha de tenis. Y en la gran mayoría de la ciudad encontramos zonas fraccionadas de origen (algunas) con casas de autoconstrucción sucesiva, que conviven con desarrollos habitacionales de interés social de no tan grandes dimensiones.
La vivienda tradicional tiende a desaparecer y solo podemos encontrar algunos ejemplos en el Centro Histórico de Cuernavaca y en el poblado de Acapantzingo; sin embargo, no solo las construcciones cambian, también hemos sufrido alteraciones en el entramado urbano de la ciudad, generando una importante reconversión urbana al transitar de un uso habitacional a un uso comercial.
La zona con mayor afectación a través de los años, ha sido el ahora conocido como Corredor Comercial y de Servicios, conformado por las calles de Río Mayo, Avenida Diana y Tulipán Hawaiano, y más al norte la Avenida San Diego, dos de los principales corredores comerciales de la ciudad, los cuales iniciaron su desarrollo a partir de la Década de los ochenta, principalmente en la Avenida San Diego en donde se construyen plazas pequeñas de hasta 500 m2 de construcción o 10 locales, con estéticas, cafeterías, heladerías, tintorerías, papelerías, veterinarias, pequeñas boutiques, tiendas de decoración, así como la Plaza San Diego de tamaño mediano en donde se ubicó a las salas de cine “Lumiere”, sucursales bancarias, locales varios y restaurantes.  
A partir de la Década de los noventas San Diego se satura de comercios y servicios y se presentan conflictos sociales, comenzando la emigración de algunos locales a la Avenida Río Mayo, la cual inicia su consolidación cuando “Plaza Cuernavaca” abre sus puertas en 1992, despertando el interés para el comercio y los servicios a nivel metropolitano, acción que complementó su consolidación, al contar con una conectividad directa con la Autopista ahora llamada Paso Express y otras avenidas primarias, lo que le da entrada y salida ágil convirtiéndose en el principal corredor comercial y de servicios dirigido al mercado alto.
Esta zona habitacional residencial inicia su transformación, primeramente adaptando casas habitación en comercios y edificando los lotes baldíos, dando lugar posteriormente a la demolición de residencias para dar lugar a edificios comerciales y de servicios, apareciendo plazas comerciales, supermercados y agencias de autos.
Con el paso de los años, en Cuernavaca y de manera específica entorno a este corredor comercial se han instalado un buen número de tiendas comerciales de gran formato: A principios de los 90’s en el Libramiento de Cuernavaca y Tulipán Hawaiano se instaló la tienda “K Mart” primer supermercado de gran formato en Cuernavaca (actualmente es la Mega Comercial Tulipanes); posteriormente se instaló “Carrefour” sobre el mismo libramiento y Boulevard Cuaunahuac (actualmente Chedraui); a principios de la década del 2,000 se inauguró “Plaza Galerías” convirtiéndose en la plaza comercial más grande del estado; en el 2008 abrió sus puertas el “Corporativo Cuernavaca” el conjunto de oficinas más grande del estado; también aparece “Superama” y “Pabellón Vista Hermosa” en Río Mayo; en el 2010 aparece la sede de los “Juzgados Federales”; en el 2016 aparece “Fórum” en los terrenos de la antigua fábrica Covarra-Rivetex y “Averanda” en los predios del antiguo Club Del Lago; en fechas más recientes aparece “City Market Río Mayo” y la tienda “Sodimax” ocupando las instalaciones de lo que antes fue Comercial Mexicana Jacarandas.
A lo largo de este corredor también han aparecido hoteles, restaurantes, instituciones bancarias, agencias de automóviles, plazas comerciales y un sinnúmero de locales comerciales varios; el cambio de uso de suelo de habitacional a comercial ha generado un patrón de ordenamiento territorial sin lógica de armonización, que se puede resumir como desintegrada, rota o caótica. También cabe como característica fundamental lo efímero de cada paisaje, es decir la desintegración, caos y falta de armonía han sido constantes de una sucesión de paisajes cambiantes por la introducción de nuevas edificaciones.
Lo anterior nos lleva a una reflexión, la tendencia actual en ciudades medias como Cuernavaca es a privilegiar aquellas zonas con una buena ubicación y excelente comunicación, a que realicen cambios en el uso de suelo de habitacional al uso comercial y de servicios, prevaleciendo el beneficio de la economía y la generación de recursos económicos a la habitabilidad.
El ejemplo más claro que tenemos es el mismo centro histórico, que con el paso de los años ha cambiado no solo su fisonomía, sino su razón de ser, son pocas las construcciones que conservan el uso habitacional tradicional y que le da vida a la ciudad, la mayoría de las construcciones han cambiado a un uso comercial.
Es deplorable ver como se destruyen construcciones con valor artístico, para dar paso a grandes cajas que contienen locales comerciales como lo podemos ver a lo largo de la Avenida Morelos, o aún peor, ver construcciones tradicionales con valor histórico, convertidas en locales comerciales de bajo valor como es el caso del antiguo Hotel Moctezuma en la calle de Matamoros y Degollado, que en época de la Revolución fungió como Cuartel de Emiliano Zapata y que en el año de 1999 se intentó rescatar mediante una intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), o también ver algunas de ellas convertidas en edificaciones abandonadas en espera de su deterioro final para proceder a su demolición, como es el caso del antiguo Hotel María Cristina en las Calles de Abasolo y Leyva.
¿Qué tan buena resulta la tendencia actual de cambiar los usos habitacionales por los comerciales? es la pregunta que debemos hacernos, ¿vale la pena despoblar el centro histórico y algunas partes de la ciudad por incrustar zonas comerciales?
El resultado de esta tendencia lo tenemos a la vista y solo tenemos que pasar por las calles del centro a las nueve de la noche, para darnos cuenta que no existe vida, solo locales cerrados y el que se atreve a circular por esas calles se expone a ser asaltado. Tanto las autoridades como los ciudadanos no queremos entender que los usos de suelo habitacional y comercial no están peleados, pueden convivir juntos y así sucede en otras partes del mundo, solo tenemos que ubicar a los locales comerciales en las plantas bajas y las habitaciones en los pisos siguientes, lo cual nos lleva a una reconversión urbana de fondo, tenemos que aprovechar más el suelo con densidades mayores y edificaciones más altas.
Si las autoridades municipales no actualizan su documento normativo en materia urbana que data del 2006, estaremos destinados a ver un centro histórico de la ciudad, abandonado en la mayor parte, solo con vida en los lugares en donde se han autorizado bares y restaurantes con venta de bebidas alcohólicas y por lo mismo, una zona destinada a ser un peligro para la ciudadanía.

“Academia Nacional de Arquitectura Capítulo Morelos A.C.”
opinion@diariodemorelos.com

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