Una tragedia sacudió la comunidad de San Bartolo de Berrios cuando un hombre atropelló accidentalmente a su nieto de un año mientras estacionaba su automóvil en la cochera de su casa. El lamentable incidente ocurrió alrededor de la una de la tarde.
El abuelo, identificado como Paulo, perdió de vista al pequeño y terminó arrollándolo sin darse cuenta. Vecinos del lugar, testigos del accidente, quedaron conmocionados al ver que el bebé no respondía. Inmediatamente, se reportó el hecho al Sistema de Emergencias 911, lo que movilizó a elementos de la Policía Municipal al lugar de los hechos.
La madre del niño, una joven de 18 años, no se encontraba en la vivienda al momento del accidente. Al llegar los servicios de emergencia, intentaron brindar los primeros auxilios al bebé, pero lamentablemente ya no contaba con signos vitales, confirmando su fallecimiento en el lugar.
Este trágico suceso pone de manifiesto la importancia de la precaución y la supervisión constante al manejar, especialmente en áreas residenciales. En México, aunque no existe una tipificación penal específica para actos de atropello, las consecuencias jurídicas se derivan de delitos como homicidio o lesiones culposas.
El Código Penal Federal establece que si una persona fallece debido a un accidente provocado por negligencia o imprudencia, el responsable puede enfrentar cargos por homicidio culposo, con penas que van de 8 a 20 años de prisión. Además, escapar del lugar de los hechos puede agravar la situación legal del conductor.
Ante un accidente de esta naturaleza, es crucial seguir ciertos pasos para garantizar una respuesta adecuada:
- Detener el vehículo de inmediato.
- Asegurar el lugar y encender las luces de emergencia.
- Llamar a los servicios de emergencia.
- No mover a la víctima.
- Esperar la llegada de la policía y los servicios médicos.
- Informar a la compañía de seguros sobre el accidente tan pronto como sea posible.
La comunidad de San Bartolo de Berrios se encuentra consternada por esta pérdida, y las autoridades locales han reiterado el llamado a la prudencia y la atención al conducir, especialmente en entornos familiares y residenciales.