Hasta hoy nada que no sea una exhibición mediática como presuntos delincuentes ha pasado en el caso de los diputados de la anterior Legislatura José Casas González y Ana Cristina Guevara Ramírez. Han transcurrido varias semanas de la nota periodística sobre que la organización no gubernamental Morelos Rinde Cuentas (MRC) señaló que José y Ana desviaron a sus cuentas personales recursos públicos destinados a damnificados del terremoto de septiembre 2017. De que un medio nacional detalló: “Ana Cristina Guevara y José Casas, ex legisladores de Morelos, simularon la entrega de apoyos a damnificados de los sismos de 2017. (Pero) Afectados dicen que no recibieron nada”. El título de la nota periodística ha sido replicado en redes sociales por internautas locales que conocen a los involucrados.
De acuerdo con la información que MRC obtuvo en el Congreso del Estado, el ex diputado Casas y la ex diputada Guevara “comprobaron” la entrega de 500 mil pesos que les fueron entregados a cada uno del presupuesto del Poder Legislativo con sendas carpetas que “acreditaban” la “entrega” de “paquetes para el mejoramiento de la vivienda” a supuestos vecinos de Jantetelco, Totolapan y Huitzilac. Pero el teatrito se les cayó cuando la revisión de MRC comprobó que las fotos de los anexos de la entrega de los materiales en realidad correspondían a la entrega que la llamada “Congregación María Trinitaria” hizo a habitantes de Hidalgo, en 2019. MRC subrayó el añadido de facturas emitidas por la empresa Inmeteag, S.A. de C.V., con domicilio fiscal en la Ciudad de México por el importe cerrado de 500 mil pesos.
Imputados públicamente como presuntos delincuentes, es la hora en que José y Ana Cristina no han reaccionado haciendo una aclaración típica de estos casos. Se ignora si han sido o no denunciados en la Fiscalía de Morelos por el delito de peculado, si continúan en Morelos o si ya huyeron. No obstante que el asunto involucra recursos públicos, el titular del Ejecutivo Estatal ha guardado silencio. Esto lo explica el hecho de Casas llegó a la pasada Legislatura por la alianza Morena-PES-PT pero poco tardó para evidenciarse incondicional del Ejecutivo.
En octubre de 2019 lo exhibió un caso penoso. Se publicó que la dirigencia del partido Morena se deslindó del diputado José Casas González tras ser señalado de misógino luego de comentarios que hizo en tribuna en una sesión de madrugada cuando refiriéndose a sus compañeras diputadas manifestó: “es lo malo de sacar a las personas de la cocina y darles una curul”. Por esos días, la presidenta nacional de Morena, Yeidkol Polevnsky Gurwitz, vino a Cuernavaca para el informe de los diputados federales de este partido en Morelos.
Por si hubiese alguna duda, declaró a reporteros que José Casas ya no pertenecía a ese partido. Morena ya le había suspendidos sus derechos como militante desde 2018 que se pasó a la bancada del Partido del Trabajo en el Congreso local, al que después renunció y se declaró diputado sin partido.
Hoy la carrera política de Casas terminó. En el Ejecutivo no tendrá “chamba” y en las elecciones de 2024 ningún partido se atreverá a postularlo candidato a cargo alguno. Como se dice en el barrio: quedó apestado. Por su parte, en julio de 2020 Ana Cristina Guevara Ramírez anunció su renuncia al grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano, del cual fue coordinadora desde el inicio de la LIV legislatura. Al igual que Casas, en el discurso se declaró como legisladora independiente… y en los hechos ambos se confirmaron dependientes del Ejecutivo. Enterado por los medios, diría AMLO: un caso más de politiquería corrupta. Y de que nadie escarmienta en cabeza ajena. Acusado de cometer el delito de violación, en septiembre de 2021 Marcos Zapotitla Becerro, el ex diputado de Morena que luego se pasó al Partido Encuentro Social, fue puesto peso en el penal de Atlacholohaya (Me leen después).
Por: José Manuel Pérez Durán