Significado por la aplicación de políticas sociales y administrativas de vanguardia, el alcalde de Jiutepec, Rafael Reyes Reyes, pone dos muestras. Una: mediante un acuerdo del cabildo, a partir de la primera quincena de mayo el presidente municipal, el síndico y los regidores disminuirán 50% sus salarios para un ahorro mensual de 300 mil pesos que, sumados a 700 mil por la baja salarial del 20% acordada por los trabajadores de confianza, significará el ahorro de un millón de pesos al mes. Dos: la Secretaría de Desarrollo Económico del municipio vecino comunicó que les consiguió trabajo a 140 personas, vinculándolas a empleos durante los meses de marzo y abril.

Fijadas estas medidas en el contexto de la pandemia del Covid-19 que afecta la salud y la economía de una gran parte de la población, deberían ser implementadas por la totalidad de los ayuntamientos y el estado en estos días cuando va para largo el final de la enfermedad. Faltando oficialmente dos semanas para que sea levantada la Jornada Nacional de Sana Distancia, en tanto el recuento de anteayer señaló 930 casos  confirmados de cólera virus, 135 decesos y 15 por ciento de letalidad, la Secretaría Estatal de Salud aclaró que Morelos no entra en la etapa de regreso a la “nueva normalidad” en mayo y será el primero de junio cuando se analice una fecha probable, debido al índice de transmisión… SI las altas temperaturas mataran el veneno del SARS-CoV-2 –el Covid, pues–, Morelos estaría libre de la enfermedad global.

La calentura del planeta tiene otros rostros, y no es sólo el calor, son también las consecuencias globales del cambio climático: altas temperaturas, huracanes cada vez más grandes y poderosos que por estas fechas comienzan a perfilarse, deshielos en los polos, el aumento del nivel del mar, el inusual calor en Morelos a veces más intenso que en Acapulco, la depredación de los bosques por los incendios, el fantasma de las contingencias ambientales en el Valle de México, inundaciones de ríos.

Un escenario de alcances apocalípticos que se presenta este y los años por venir. En medio del bochorno de la canícula, hay que revisar las consecuencias de años por maltratar a la Naturaleza y desperdiciar sus recursos. Es un período más o menos prolongado, en exceso cálido que puede ser también muy húmedo, lo cual parece raro ya que el propio calor atmosférico hace que la humedad se condense formando nubes con lo que disminuye el calor atmosférico.

Se le conoce como “calor” de condensación al ser en parte absorbido por las nubes. (El término “canícula” denota el fenómeno general de una ola de calor y deriva del italiano “canicola” –perra de pequeño tamaño– aplicado a la estrella Sirio, de la constelación del Can, cuya elevación en el cielo nocturno del Hemisferio Norte coincide con la época de más calor). Por lo general, los climas secos sufren mayor cantidad e intensidad de olas de calor que los climas húmedos, debido a que la mayor cantidad de agua atmosférica –bien sea en forma de vapor de agua o del agua que forma las nubes en los climas más húmedos– ayuda a regular las temperaturas atmosféricas. Además, las olas de calor provocan severos aumentos en el consumo de electricidad, por el uso de aparatos de aire acondicionado, lo cual puede generar fallos en el suministro de electricidad y ello agrava el problema.

Con mayor frecuencia, el masivo consumo de electricidad va acompañado por un descenso de la producción hidroeléctrica, ya que la sequía reduce considerablemente la capacidad de las represas destinadas a producir el "fluido eléctrico. En esas andamos… (Me leen después).

 

JOSÉ MANUEL PÉREZ DURÁN

jmperezduran@hotmail.com

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