El deslinde corrió a cargo de la Iglesia Católica de Cuernavaca, pero no lo marcó el obispo Ramón Castro y Castro sino el vicario general de la Diócesis, Tomás Toral Nájera. ¿Por qué? Aseguró que la fotografía donde aparece el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo con tres presuntos líderes de grupos del crimen organizado fue tomada en la iglesia La Asunción en Yautepec, el 12 de diciembre de 2018; que “casualmente” ahí se encontraba Cuauhtémoc; que (ese día) el párroco Juan Alvarado ofició las celebraciones religiosas pero que “no sabía qué personajes estaban presentes y sólo pudo reconocer al Gobernador”. Eso dijo Tomás que dijo Juan, ¿pero Tomás declaró verdades o mentiras? Habría que preguntárselo hasta la Argentina, donde resulta que real o supuestamente se encuentra. Tantos decires generan dudas.
Una de las preguntas que se hacen en Yautepec es si el templo de la Asunción está cerrado desde el sismo de 2017 y las misas son celebradas afuera, no adentro, ¿dónde realmente fue tomada la foto?
La imagen ha dado la vuelta al mundo, y en ella Cuauhtémoc Blanco posa con Irving Eduardo Solano Vera, “El Profe”, presunto líder de cártel Guerrero Unidos y el CJNG; Homero Figueroa Meza, “La Tripa”, cabeza del Comando Tlahuica, y Raymundo Isidro Castro, “El Ray”, del CJNG, asesinado en 2018, en el penal de Atlacholoaya.
Hecho el escándalo político, la pregunta no contestada hasta hoy es si el encuentro de Cuauhtémoc con los tres presuntos delincuentes fue una cita pactada o una casualidad. En la manta que apareció en redes sociales tras la publicación de la “foto incómoda” en el periódico “El Sol de México”, se leyeron palabras amenazantes; advirtió que “hasta aquí se rompen los acuerdos”, insinuó que los acuerdos son con el Gobernador, amenazó que se revelarán datos del asesinato del luchador social y opositor de la planta termoeléctrica de Huexca, Samir Flores Soberanes.
El alboroto político que generó la publicación de la imagen fotográfica fue inevitable, y oportunidad para organizaciones sociales que disienten con los modos de gobernar de Cuauhtémoc. Mientras la Comisión Independiente de Derechos Humanos pidió resultados en el caso del asesinato del activista Samir Flores, el partido Movimiento Alternativa Social (MAS) solicitó que el Gobernador se separe del cargo en tanto se lleva a cabo una investigación. El dirigente del MAS, Enrique Paredes Sotelo, exigió una investigación “a fondo” por parte de la Fiscalía Anticorrupción y de la Fiscalía General de la República sobre la veracidad del retrato donde se observa a Blanco con líderes de la delincuencia organizada.
Crispada la atmósfera política y seguramente enterado el presidente Andrés Manuel López Obrador por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, sobre lo que está sucediendo en esta parte de México, ¿lo que podría seguir es la revocación de mandato en Morelos? La figura que AMLO impulsa a nivel presidencial, y que pese a la oposición de los consejeros conservadores Lorenzo Córdova y Ciro Murayama tendrá lugar en abril próximo. La papeleta de la revocación del mandato en Morelos preguntaría: “¿Estás de acuerdo en que a Cuauhtémoc Blanco Bravo se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o que siga como Gobernador de Morelos hasta que termine su periodo?”.
¿Quién fue Samir Flores Soberanes? Era sobrino de Vinh Flores Laureano, un joven profesor vecino de Amilcingo que lideraba causas sociales en comunidades de la zona oriente y en 1976 apareció muerto en los límites de Puebla y Morelos. Al liderazgo de Vinh se debe la creación del municipio de Temoac, en marzo de 1977. Temprana la mañana del 20 de febrero de 2019, tocaron a la puerta de la casa de Samir, en Amilcingo municipio de Temoac. Aún no amanecía, dos automóviles pararon frente al domicilio, lo llamaron para que saliera, abrió y le metieron cuatro balazos, dos de ellos en la cabeza. Samir fue un activista social de la región oriente que se opuso a la planta termoeléctrica de Huexca. Su muerte permanece en la impunidad… (Me leen después).
Por: José Manuel Pérez Durán