El obispo Ramón Castro Castro sigue debiendo a los cuernavacenses la explicación sobre la fotografía que fue tomada en la Iglesia de la Asunción de Yautepec, donde posaron los narcotraficantes Irving Eduardo Solano Vera, alias “El Profe”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); Homero Figueroa Meza, apodado “La Tripa”, cabecilla de Comando Tlahuica, y Raymundo Isidro Castro, “El Ray”, lugarteniente del CJNG, al lado del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo. La foto fue tomada 12 de diciembre de 2021, reconoció en una rueda de prensa el vicario general de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera. Pero mientras Cuauhtémoc justificó la imagen diciendo que suele aceptar que le tomen fotos sin saber con quién, hasta hoy Ramón hace mutis. El sábado pasado no aprovechó el escenario de la caminata por la paz para dar la explicación que les debe a los cuernavacenses.

Los antecedentes de Ramón Castro pueden ruborizar, incluso, el cinismo de los maleantes. Uno: fue señalado de construir una residencia de 10 millones de pesos, así como de proteger a curas pederastas, y en Morelos la comunidad de Tepalcingo interpuso una demanda judicial por el robo de una custodia valiosísima y por el mal manejo de los ingresos procedentes de la feria de ese pueblo que limita con el estado de Puebla. Dos: El ex seminarista Felipe Izquierdo lo acusó judicialmente de proteger a dos sacerdotes pederastas que abusaron de él en Campeche, entre el 2007 y el 2008. Luis Felipe Izquierdo Cundafe, entonces un misionero de 16 años, acusó a un grupo de sacerdotes de haberlo violado durante dos años en la Parroquia de la Divina Providencia, la Casa Parroquial de Hecelchakán y la Casa Parroquial del Sagrado Corazón de Jesús. Emigrado a Santiago de Chile. Antes, Luis Felipe emprendió un juicio civil por daño moral y psicológico en el que declaró que se acercó al obispo Castro, pero que en lugar de que éste actuara en contra de los presuntos violadores, su “solución” fue cambiarlo de parroquia y ofrecerle dinero para que guardara silencio. Tres: Ramón se fue en contra del desarrollo económico del estado, promoviendo acciones en contra de la minería en Morelos a través de sus lugartenientes Jesús Longar y Abel Guadarrama, los párrocos de Miacatlán y Acapatzingo que buscan evitar que se concrete una inversión de 10 mil millones de pesos en Morelos. Si realmente el párroco Guadarrama está preocupado por el medio ambiente y sus acciones no sólo son protagónicas y lucrativas, ¿por qué omite temas de vital importancia como la grave situación delictiva que priva en el municipio de Huitzilac, donde históricamente la tala clandestina de cientos de árboles ha sido un negocio del crimen organizado? Cuatro: El periódico El Financiero publicó el 11 de septiembre de 2016: “Ramón Castro y Castro, un obispo que crece en poder (..). Como obispo de Campeche, fue muy eficiente en el terreno pastoral (..) Por el contra se le acusó de ser afecto al lujo –construyó una residencia de más de 10 millones de pesos– y de proteger a curas pederastas procedentes de otras diócesis. Cuatro: En junio de 2017, comenté aquí: “Castro soltó el báculo, y señalándolos con la mirada pretextó: “No digo sus nombres, porque me voy a comprometer y luego hasta me meten a la cárcel, pero vamos a darles un aplauso fuerte, por favor”. Entre las personas para las que el Obispo pidió un aplauso “fuerte” estaba el ex rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Alejandro Vera Jiménez, en contra de quien pesa una orden de aprehensión y ficha de búsqueda de la Interpol por el delito de peculado... (Me leen mañana)

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com 


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