Cumplido el protocolo del convite al carnaval de Yautepec con la entrega de banderas por parte del alcalde Agustín Alonso Mendoza, acompañado del secretario técnico del Ayuntamiento, Eder Alonso Gutiérrez, y las regidoras Alma Delia Ramírez Rábago y Norman Linares Villalba, es que hoy arrancará a fiesta de tres días que atrae multitudes. En otros municipios ya se realizó el festejo, entre ellos Jiutepec, sin incidentes que lamentar, y Tepoztlán, donde el desorden y el excesivo consumo de alcohol rasparon la imagen turística del pueblo de los cerros míticos. La noche del sábado pasado, un video registró el momento en que un sujeto aparentemente ebrio amenaza a niñas y mujeres apuntándoles con la que parece una pistola, delante de unos guardias de seguridad que no intentan detenerlo.
Época la actual y de las semanas por venir de fiestas en numerosas poblaciones morelenses, una de las más importantes es la Feria de Cuernavaca que en las últimas dos década ha venido de más a menos.
La historia: La Feria de la Primavera tiene sus antecedentes hacia mediados del siglo pasado. Comenzó llamándose Feria de la Bugambilia y luego De la Flor, tuvo sedes en el Jardín Borda y en el Parque Revolución, y antes hubo el Carnaval de Cuernavaca, apoyada su organización en 1965-1973 por los sucesivos alcaldes Valentín López González, Felipe Rivera Crespo y Ramón Hernández Navarro. En el siguiente trienio se suspendió el carnaval y sólo quedó la Feria de la Flor. La idea era competir e intentar poner a la Feria de Cuernavaca a la altura de otras de México, como la de San Marcos o la Del Caballo, una meta imposible de alcanzar. A duras penas sobrevivió la Feria de la Flor, con algún repunte en las administraciones municipales a cargo de David Jiménez González (74-76), Porfirio Flores Ayala (76-79) y José Castillo Pombo (79-82), bajo los gobiernos de Rivera Crespo (70-76) y de Armando León Bejarano (76-82).
Entre 1982 y 1988, en la administración del gobernador Lauro Ortega Martínez la Feria de la Flor agarró un nuevo aire por el respaldo que éste le dio, aunque el alcalde del trienio 82-85 y ex rector de la UAEM, Sergio Figueroa Campos, parecía poco dado a la fiesta de la gente. Con la llegada del priista Juan Salgado Brito a la alcaldía, la Feria de la Flor tuvo cierto empuje y sedes alternas en los parques Chapultepec y Melchor Ocampo, el Jardín Borda y el Zócalo. Fueron invitados viveristas de los municipios de Jiutepec, Zapata y Temixco. El festejo pareció arraigarse y ser una feria de alcance nacional, pero no cuajó.
Vinieron después los primeros años de la reforma políticoelectoral, impulsada por la presión de los partidos medianos y chicos para contrarrestar la hegemonía del PRI-aplanadora, ya en el gobierno del también priista Antonio Riva Palacio (1988-1994), lo cual propició que del 88 al 91 Cuernavaca tuviera tres alcaldes: Eloísa Guadarrama, Julio Mitre Goraieb y Sergio Estrada Cajigal Barrera, padre del ex alcalde de Cuernavaca y ex gobernador panista Sergio Estrada Cajigal, el ahora precandidato a diputado federal de la coalición PRI-PAN-PRD. Vaivenes políticos por los que la Feria de la Flores resintió un “bajón” y se perdiera lo poco alcanzado en épocas anteriores, en un decaimiento que no levantó el trienio de Oscar Luis Flores Ruíz. Fue hasta la llegada del político más carismático del PRI, Alfonso Sandoval Camuñas, que la Feria de Cuernavaca agarró un segundo o tercer aire, a lo cual contribuyó el manejo político y administrativo del alcalde vecino de los rumbos de La Cordobesa, quien ubicó el escenario de la feria en el antiguo Hotel Casino de la Selva y la fiesta capitalina se salvó de la extinción al menos por el trienio 94-97. Hoy, el intento de revivir el carnaval de Cuernavaca se limitó a la pachanguita de un desfile de comparsitas… (Me leen el lunes).
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