El exrector Alejandro Vera Jiménez debe dormir con un ojo cerrado y el otro abierto. Pesa en su contra una orden de aprehensión relacionada con la causa penal JC/860/2017, y su rostro y sus huellas digitales están en una ficha de búsqueda de la Interpol. De hecho, su suerte quedó marcada desde julio de 2020, cuando el Tribunal Federal de Justicia Administrativa lo señaló del desvío de 239.3 millones de pesos mediante operaciones inexistentes como parte de la llamada “estafa maestra” que involucró a Rosario Robles Berlanga. Detenida el 13 de agosto de 2019, Robles fue considerada una ficha clave para la investigación sobre la presunta trama de corrupción que habría sido orquestada durante el mandato del expresidente Enrique Peña Nieto. Pero extrañamente fue liberada el 19 de agosto pasado… ¿por ser inocente o porque delató a cómplices que aún no han sido formalmente imputados? 

De nada ha servido que la Fiscalía Anticorrupción de Morelos ofrezca una recompensa de 1110 UMAS (unos 100 mil pesos) por informes que lleven a la captura del que fuera rector de la UAEM. Lejos quedaron los días en que Vera se sintió el Robin Hood de Morelos. Llevado de la mano por el poeta Javier Sicilia Zardain, “sonaba” para gobernador pero, enemigo declarado del entonces gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu, necesitaba “blindarse”, y qué mejor para hacerlo que asumir el papel de justiciero al liderar el autodenominado Frente Amplio Morelense (FAM) en la farsa del bloqueo al Palacio de Gobierno, cuya toma “simbólica” encabezó en la primavera de 2015. Difundidas las imágenes de todo un “señor rector” en el papel del paladín que arengaba a sus huestes brincando la valla metálica del principal edificio de Cuernavaca, gritando consignas sociales, posando para las fotos del presente y los recuerdos del porvenir, alardeó que la única forma de que el FAM cesara sus protestas sería que Graco renunciara. Pero éste no renunció, y aquél se confirmó como mentiroso haciendo lo que antes negaba al registrarse como precandidato del Partido Nueva Alianza a gobernador, el 15 de febrero de 2018. Siguiendo su “estrategia política”, semanas después renunció a la candidatura del Panal y declinó a favor de la coalición Juntos Haremos Historia.

¿En qué momento huyó Alejandro Vera de Morelos? Hasta hoy día la pregunta sigue en pie: ¿lo supo Mario Caballero Luna, el colaborador de confianza de Vera como presidente del patronato de la UAEM que continúa asesorando a la directora de la Lotería Nacional y aspirante a gobernadora de Morelos, Margarita González Sarabia? 

La crisis económica por la que atraviesa la Universidad Autónoma del Estado de Morelos es preocupante.  Atrapada en un mar de deudas, le echó más lumbre a la hoguera la adquisición del ex hotel Chulavista que Alejandro Vera presumió como “Centro Cultural Cuexcomate”. 

La nota fue publicada en nuestra edición del 19 de enero de 2018. Señalo el “elefante blanco” con un valor calculado en 42 millones de pesos al que quedó reducido el Chulavista. Cuatro años antes, el Consejo Universitario había aprobado la propuesta de realizar gestiones para la compra del ex hotel y ubicar ahí lo que el en esos días Rector presumió como el nuevo Hospital Universitario y además albergaría las instalaciones de la Secretaría de Extensión de la propia UAEM así como la Dirección de Atención a Víctimas, la Dirección de Derechos Civiles y la Dirección de Formación Ciudadana. La gran mentira de un politiquero prófugo vuelto ojo de hormiga… (Me leen mañana). 

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com 

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