Cada 3 de mayo, como ritual sagrado, los fieles mexicanos se congregan para celebrar el Día del Agua y de la Vida. Una festividad donde la tradición, la cultura y la religiosidad se entrelazan en una danza ancestral en la que se suplica por la llegada de las preciadas lluvias, esas gotas celestiales que aseguran cosechas abundantes y la perpetuidad de la vida en la tierra.

Lo más seguro es que, como yo hasta hace poco, lo conozcan como el Día de la Santa Cruz, pero este evento es el producto de una sincretización de prácticas precolombinas destinadas a asegurar la provisión de agua para las actividades agrícolas. Resulta irónico cómo una festividad con raíces tan profundas y una finalidad tan vital haya evolucionado hasta ser conocida también como el ‘Día del Albañil’, en un País donde el acceso al agua potable es aún una lucha cotidiana para muchos.

La paradoja no se detiene ahí. Mientras se llevan a cabo las tradicionales danzas de la lluvia y se elevan plegarias por la llegada de la tan preciada agua, en la realidad, las autoridades parecen no darle la importancia que se merece, más aún, en esta época electoral son contadas las y los candidatos que traen en su agenda el tema integral del agua, de hecho, la única candidata que he visto ponerle atención a tan grave problema es a Margarita González Saravia, algo raro porque la creciente escasez del vital líquido es una crisis que amenaza no solo la seguridad alimentaria, sino también la supervivencia misma.

En un País donde la agricultura es un pilar fundamental de la economía y donde las comunidades rurales dependen directamente de las lluvias para su sustento, la falta de una política integral de gestión del agua es preocupante y es necesaria la búsqueda de soluciones reales para garantizar el futuro hídrico sostenible para todas y todos lo mexicanos.

Antes de que piensen que la Inteligencia Artificial escribió esto, mejor vámonos con lo bueno, lo malo y lo feo. Lo bueno: la concientización sobre el cuidado del agua, si existiera. Lo malo: el poco interés de las autoridades, sobre todo en las fugas de agua. Lo feo: las refresqueras que tienen secuestrada el agua y las personas que lavan la calle a manguerazos.

No está de más decir que esto es a título personal. Fíjense nada más que… la encuestadora Massive Caller ya anda diciendo que la alianza PAN-PRI-PRD rebasó a Morena para las elecciones del 2 de junio próximo. Aún recuerdo cuando dijeron que Ricardo Anaya sería el próximo Presidente en 2018. ¡Ja! Fuera de contexto: el periodismo crítico desde hace mucho tiempo se convirtió en una profesión de alto riesgo. ¡Saludos!

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