En la primera entrega de la semana pasada les comentaba que el comandante militar general Inocencio Guerra, destituyó al primer gobernador del estado de Morelos, Francisco Leyva el 26 de noviembre de 1876, debido a que en el Plan de Tuxtepec, de enero de ese año (encabezado por el general Porfirio Díaz), establecía en su artículo 4° que en los estados en donde no reconozcan el plan, se designará interinamente como gobernador al que nombre el Jefe de las Armas. En Morelos se alzaron diferentes grupos que apoyaban el plan, por lo que el gobernador Leyva comenzó a combatirlos.
Los días 6, 7 y 8 de abril las fuerzas de los pronunciados atacaron la ciudad de Cuautla y utilizaron gas y petróleo para incendiar las oficinas que estaban en la parte baja del Palacio Municipal, en donde se encontraba el Juzgado de Letras, quedando en cenizas todas las cosas, incluyendo los expedientes civiles del archivo. Todo era desorden en Cuautla y los presos de la cárcel se fugaron. Las fuerzas del gobierno resistieron en la torre de la parroquia, pero finalmente, el 9 de abril a las 11 de la mañana se rindieron, cayendo prisionero el jefe político Vicente Llamas, junto con los jefes Manuel Gómez y Francisco Tallabs.
Mientras ocurría el sitio de Cuautla, el 7 de abril se reunió la diputación permanente a fin de convocar al Congreso del Estado para realizar un periodo de sesiones extraordinario para concederle facultades extraordinarias en las ramas de hacienda y guerra al gobernador Francisco Leyva, para reestablecer el orden y la paz pública. Asimismo, se autorizó el incremento de tropas en el estado. Para el sostenimiento de estas fuerzas se cobró una contribución extraordinaria a los ingenios que elaboraban azúcar, miel o panela.
Una vez que los pronunciados arreglaron todo lo necesario para tener el control del Distrito de Morelos (Cuautla), emprendieron la marcha para atacar Cuernavaca.
Al llegar el mes de mayo el gobernador Leyva partió hacia la Ciudad de México para solicitarle al presidente Lerdo de Tejada mil hombres, los cuales le fueron negados debido a que no los tenían. El 12 de mayo el Congreso del Estado le otorgó licencia a Francisco Leyva para que se separara del gobierno, argumentando problemas de salud. En sustitución de Leyva el coronel Vicente Llamas fue nombrado gobernador interino.
Al llegar el mes de junio los sublevados nuevamente se reorganizaron para asediar Cuernavaca. El día 16, el general Vicente Riva Palacio, le informó al general Inocencio Guerra que había llegado a la hacienda de Temixco con 1,500 hombres y que ahí lo esperaba para atacar Cuernavaca por el sur. Al día siguiente Riva Palacio intentó la rendición de Cuernavaca, dándoles todas las garantían necesarias, pero Cuernavaca recibió refuerzos, por lo que Riva Palacio tuvo que retirarse a la región de Tlaquiltenango en donde tuvo algunos enfrentamientos con las tropas del gobierno y en donde fue derrotado en varias ocasiones.
Los pronunciados fijaron como fecha de ataque a Cuernavaca el 22 de mayo, sin embargo, fue al día siguiente, a las 10 de la mañana que un cañonazo fue disparado desde la azotea del Palacio de Cortés, anunciando a la población que el enemigo emprendía un ataque sobre la ciudad. Para la tarde de ese día los pronunciados ocupaban toda la parte norte de la ciudad. Sin embargo, las fuerzas de Cuernavaca resistieron los ataques, recibieron refuerzos, así que los pronunciados permanecieron en las inmediaciones de la ciudad.
El 29 de junio, a las seis de la tarde, bajo una copiosa lluvia llegaron a Cuernavaca las tropas vencedoras, pero se encontraban en muy mal estado. Traían 17 prisioneros.
Para el mes de agosto la situación de Morelos era muy crítica. Los propietarios de las haciendas ya no podían pagar las contribuciones ordinarias y extraordinarias que les habían impuesto. El gobierno del estado trataba de embargar hasta los instrumentos de labranza de las haciendas.
Francisco Leyva, recuperado de su salud y tras la licencia que le otorgó el Congreso de Morelos regresó al gobierno del estado.
Continuará…
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