Si no fuera porque se trata de un personaje importante, el caso del secuestro y extorsión del obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, habría sido sólo una nota roja más en medios locales y de ello no se habría ocupado la prensa nacional. Mientras tanto, las preguntas sin respuesta… y la especulación. Que el sábado fue visto por última vez saliendo de un fraccionamiento en Jiutepec y dirigiéndose al fraccionamiento Burgos en Temixco. ¿Quién o quiénes lo vieron? Que posteriormente cenó en un restaurante de pizzas artesanales en la colonia 3 de Mayo, en el municipio de Emiliano Zapata. ¿Cuáles pizzas, ¿cómo se llama el negocio? Que pidió su “ingreso voluntario” en el hospital José G. Parres”, ya en Cuernavaca. ¿Cómo llegó, solo o acompañado, en taxi o caminando? Las notas fueron ilustradas con fotografías del paciente visitado por el fiscal Uriel Carmona Gándara y el obispo de la diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro…
MAYO, un mes muy importante en Morelos. Logrado por el genio militar y la valentía de José María Morelos y sus hombres después de los 73 días del asedio de los soldados realistas de Félix María Calleja, este día se cumplen 212 años del rompimiento del Sitio de Cuautla. Se ha escrito mucho sobre esos dos meses de resistencia de los insurgentes, pero muy poco sobre lo que pasó después del rompimiento del cerco.
Las primeras víctimas de la tenacidad de Morelos y sus soldados fueron el Virrey Venegas, depuesto del cargo en marzo de 1813 y relevado por el propio Calleja, pero éste también fue despojado del cargo 1816 sin haber podido detener las campañas de Morelos. Perseguidos por los realistas, el Siervo de la Nación y sus principales lugartenientes se dirigieron al sur del país. El jefe insurgente pretendía tomar el Puerto de Acapulco, estratégica ruta novohispana con Filipinas y otras posesiones españolas en Asia.
Leonardo Bravo fue capturado en la hacienda de Temixco y el general Morelos propuso al virrey Venegas un canje: liberar a los 200 prisioneros españoles del Sitio de Cuautla y, a cambio, Venegas debería liberar al caudillo insurgente Leonardo. Aquél no aceptó el trato y el 13 de septiembre de ese 1812 Bravo fue ejecutado a garrote vil en el Paseo de Bucareli. Al enterarse Morelos de la noticia, ordenó a su hijo, Nicolás Bravo, eliminar a los prisioneros realistas, pero éste les perdonó la vida y les liberó. Por este hecho se le conoce como el “Caudillo Magnánimo”.
El episodio de Cuautla con sus 73 días no fue el más largo de la Guerra de Independencia. El de Huajuapan, Oaxaca, duró 111 días. Valerio Trujano era el jefe insurgente de la plaza; después del Sitio de Cuautla, Morelos se enteró y decidió ir hasta aquel pueblo para auxiliarle, llegando ahí el 25 de octubre. El 27 Trujano salió con una partida de cien hombres a perseguir a los realistas que habían huido hacia Oaxaca, pero fue emboscado por los virreinales y ahí perdió la vida. Morelos reunió a los hombres de Trujano, los condujo hacia Antequera de Oaxaca, y el 25 de noviembre ocupó la ciudad. Con este hecho culmina la actividad de Morelos en 1812, marcado por el Sitio de Cuautla…
EL PROLETARIADO DE MAYO. Eran vísperas del día primero de mayo de 1912. Desde febrero, después del golpe a Madero y de ordenar su muerte, Victoriano Huerta es dueño de la capital de México, pero no del país. Los proletarios de la ciudad se preparan para conmemorar dignamente, por primera vez, en México, los acontecimientos de 26 años atrás en Chicago, Illinois.
Un año antes, el Partido Socialista, fundado al triunfo de la revolución encabezada por Madero, conmemoró en 1912 la fecha del Primero de Mayo. Pero era indispensable que una corporación de mayor representatividad, como la Casa del Obrero Mundial (COM), se encargara de la marcha-mitin en 1913. En ese Primero de Mayo los gremios reunidos en la COM del centro de la capital organizaron la manifestación más numerosa y atrevida, después de las huelgas de Cananea y Río Blanco en tiempos del porfiriato… (Me leen mañana).
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