No cabe duda que las cosas no están sencillas en el país, pues la marcha del pasado domingo en más de 60 ciudades fue calificada por el Presidente de la República como “striptease de los conservadores” lo que, desde luego, es una muestra de que el presidente quiere que su poder sea absoluto.

Por lo pronto, y según declaraciones del Presidente del CEN del PRI, no dejarán pasar la reforma presidencial. Si es así y no se raja ninguno de los partidos de oposición, la reforma política del presidente no pasará, a pesar de que ahora su “rompeolas”, que es la Gobernadora de Campeche, quizá regrese con los ataques al presidente del PRI para ver si lo dobla.

Por lo pronto, mientras no pase la reforma federal que haría desaparecer al Impepac, cosa que es profundamente absurda porque una sola institución como el INE no puede con todo, no quieren entender que son diferentes las elecciones federales y las locales; pues las federales las organizan juntas distritales con miembros preparados en el servicio profesional electoral, y en los estados, a pesar de que ahora les han agregado la profesionalización, no es verdaderamente tan formal como es en el INE desde que era IFE.

Para querer <discutir una nueva reforma local se necesita esperar lo que pase con la nacional; así que las suposiciones que hacen a diario en el nivel local están bien, pero no tienen ninguna importancia real, y legal menos aún.

Que la reforma tendría que estar lista y publicada a más tardar el último día de mayo de 2023 es verdad, de acuerdo a la ley vigente que señala que de lo contrario no se podrá aplicar para las elecciones de junio de 2024.

Nos informan que en el Congreso local ya han surgido voces con iniciativas al respecto, aunque ninguna de éstas parece avanzar por la simple y sencilla razón de que se necesita esperar a ver si hay reforma constitucional a nivel federal para determinar la local.

La reforma presidencial le quitaría a los estados federados sus instituciones electorales, para centralizar todo en una sola institución, lo que a mi parecer es una reverenda tontería, achacable a que quienes no tienen experiencia quieren hablar de una situación que no conocen, y no saben lo que es una elección local y la diferencia entre comicios que les parecen iguales, pero que no lo son.

Existen varias propuestas, pero en realidad ninguna tiene importancia mientras no se tome una determinación en las cámaras de diputados y de senadores acerca de si pasa la reforma presidencial.

La Presidenta del Tribunal Estatal Electoral (TEE), Martha Elena Mejía, opina que “una de las cuestiones principales que tendría que atender la reforma electoral es una nueva redistritación electoral; como se encuentran actualmente, los distritos distan mucho de tener una representación real, y no es posible que una población tan distinta como la de Axochiapan pertenezca a un distrito en donde la cabecera no tiene similitud con ellos, como Tepalcingo y Jonacatepec, pues sus tradiciones son distintas a otras”.

Esto dificulta incluso el traslado de las urnas y paquetes electorales de la cabecera distrital hacia los municipios que lo componen, pues las distancias están seriamente marcadas. En la elección de 2018, Morelos pasó de tener 18 distritos de mayoría relativa a 12, recordó la magistrada, de ahí la necesidad de tener más de 18 distritos.

Martha Elena Mejía relata que la falta de precisiones en la ley estatal incrementa el número de juicios que recibe anualmente en materia de protección a los derechos electorales; en años no electorales anteriores a la reforma de 2014 se recibían máximo 106 recursos de inconformidad, pero en este 2022 ya suman 150: “En un año electoral el último de 2021 recibimos hasta mil 900 juicios”, apunta.

En su mayoría, regidores y síndicos denuncian falta de pago por parte de los presidentes municipales, y también violencia política contra mujeres; en el último año son ya 15 juicios en los que actuales diputados denuncian no ser tomados en cuenta en las designaciones de sus comisiones: “Fueron 21 juicios de ellos, seis de la Comisión Permanente”.

Quedan pendientes los lineamientos específicos sobre la designación de las candidaturas bajo acciones afirmativas, como son equidad de género y adscripción indígena, y muchas otras cosas, que es inútil empezar a discutirlas sin tener certeza sobre cómo quedará la Constitución General de la República. Así que a esperar y no comer ansias. Pero, por lo pronto, esperamos que la reforma presidencial no pase, porque nuestra democracia está en juego y, desde luego, peligra nuestra libertad. ¿No cree usted?

Por: Teodoro Lavín León / lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin


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