A partir de este mes, la reforma al Código Penal estatal establece multas de hasta 226 mil pesos y con hasta 8 años de prisión por el uso de inteligencia artificial para la manipulación de fotos, videos o audios íntimos, “deepfakes” sexuales, sin consentimiento.
La Quincuagésima Sexta Legislatura del Congreso del Estado promulgó el Decreto Número 545, mediante el cual se adicionan los párrafos sexto y séptimo al Artículo 150 Bis del Código Penal, con el objetivo de tipificar y sancionar el uso de la Inteligencia Artificial (IA) para la manipulación de contenido íntimo sexual sin el consentimiento de la persona afectada, fenómeno conocido como “deepfakes”.
La reforma establece que será delito penal manipular imágenes, audios o videos de contenido íntimo sexual para crear hechos falsos con apariencia real y difundirlos, exhibirlos, reproducirlos, comercializarlos o compartirlos a través de cualquier medio, ya sea impreso, digital o tecnológico, sin el consentimiento expreso de la víctima.
Para efectos de la sanción, la Inteligencia Artificial se define como las aplicaciones, programas o tecnologías que analizan fotografías, audios o videos y realizan ajustes automáticos para alterarlos o modificarlos, delimitando así su uso específico en el contexto del delito regulado.
Las penas aplicables a quienes cometan este tipo de delitos van de cuatro a ocho años de prisión, acompañadas de multas de mil a dos mil unidades de medida y actualización, equivalentes aproximadamente a 113 mil a 226 mil pesos, según lo establecido en el párrafo primero del Artículo 150 Bis.
Aunque la iniciativa original contemplaba una agravante que duplicaba la pena si la víctima era mujer, esta medida fue eliminada por la Comisión Dictaminadora, con el fin de mantener una tipificación penal proporcionada y técnicamente sólida, en armonía con los principios del Derecho Penal, sin desconocer la desigualdad estructural que enfrentan las mujeres en el ámbito digital.
Con esta reforma, Morelos se convierte en uno de los primeros estados en México en sancionar específicamente el uso de la Inteligencia Artificial para la manipulación de contenido sexual sin consentimiento, dando un paso relevante en la protección de la integridad y privacidad digital de las personas.