El Vampiro Canadiense continúa siendo uno de los grandes ídolos de la lucha libre mexicana, ya que durante la década de los 90, las arenas se abarrotaban cada que se presentaba en el cuadrilátero. 

Ese recuerdo de ser uno de los mejores exponentes en la lucha libre ha quedado en la memoria de sus aficionados, ya que ahora el luchador libra una batalla contra el Alzheimer y Parkinson que padece, por lo que él no tiene recuerdos de esa época.

“No recuerdo a ese Vampiro, no me acuerdo de los 90. Para mí, yo tengo 18 años no 55" afirmó el luchador en entrevista con un conocido medio nacional. 

Desde hace más de tres años el Vampiro fue diagnosticado con Alzheimer. Este trastorno lo alejó de la lucha libre y por ello en su regreso a los cuadriláteros con Triple A disfruta de la pasión que le transmiten los aficionados desde las gradas. 

“Soy fan de fans. Disfruto que compren un boleto para verme, porque quiero saber por qué gritan Vampiro, por qué cuando escuchan mi música se emocionan, quiero que me lo digan, porque no me acuerdo”, señaló el luchador.

El Vampiro comenzó su carrera en la lucha libre en su natal Canadá, en 1984; siete años después llegó a México y durante la década de los 90 logró consolidarse como un ídolo del pancracio, gracias a luchas que ofrecía con sus rivales —las más recordadas contra Konnan—, la obtención de campeonatos en distintas empresas y ganar siete luchas donde apostó su cabellera. 

En 2019 el gladiador fue diagnosticado con Alzheimer, enfermedad que actualmente tiene controlada, como si se tratara de un rival en ring.

"Antes me deprimía, pero ya sé que es algo que no me voy a quitar y no voy a mejorar, pero sí lo puedo frenar”, indicó.

Durante estos años el Vampiro ha realizado cambios en su día a día que lo mantienen “feliz”. 

“Estoy adaptando mi vida completamente, porque esto no son 10 o 15 minutos de mal humor, es una condición con la que vivo todos los días”, señaló.

El entender su estado de salud provoca en el gladiador una motivación, porque la ovación del público le genera una energía que irradia con mortales, vuelos, llaves y contrallaves con las que quiere levantar de sus lugares a los asistentes. 

“Llego a la arena y estoy feliz, estoy en una etapa donde puedo disfrutar de la afición, estoy limitado por mi edad y mis lesiones, pero me vale, yo voy con todo”, concluyó.

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