El 21 de abril,  durante su conferencia de prensa, el presidente Andrés Manuel López Obrador habló de la sucesión presidencial de 2024, pero antes dedicó varios minutos al tema de la simulación y dijo, entre otras cosas:

“… Porfirio Díaz era un gran simulador porque él creó todo el sistema de simulación, nunca dejaron de haber elecciones, o sea, la Constitución se respetaba en la forma para violarse en el fondo. Siempre cada seis meses rendía su informe, funcionaban el poder Judicial, el poder Legislativo (...) se hablaba de la soberanía de los estados, él mismo decía que no podía intervenir en asuntos del poder Judicial (...) Él creó lo del tapado (...) Él creó el acarreo. Él creó el llamado besamanos. Él creó toda la simulación que se aplicaba para encarcelar a periodistas (...) es el creador del régimen que no pudo la Revolución hacer a un lado (...) Entonces, todo era simulación”.

El que Díaz haya creado “todo el sistema de simulación” es debatible, pero lo que es un hecho es que él lo perfeccionó después de que muchos de sus antecesores liberales, conservadores, federalistas, centralistas republicanos y monarquistas contribuyeron a su construcción.

En seguida, como para demostrar que en su gobierno no hay simulación, se refirió a la elección presidencial del 2024:

“Por eso yo celebro que haya debate y que ya sepamos que pueden sustituirme Claudia o Marcelo Ebrard, o la esposa de Felipe Calderón, o Moreira o Quadri, Loret de Mola, Chumel (...) Ya, qué tapado ni qué nada, ya abierto todo completo”.

El presidente mencionó a algunos que tratarán de ser candidatos presidenciales en 2024, pero también hizo referencia a personas que ni remotamente intentarán serlo.

Es cierto que tanto la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, como el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, compiten para quedarse con la candidatura morenista a la Presidencia de la República. También es probable que Margarita Zavala, la esposa del expresidente Felipe Calderón y diputada por el PAN, intentará nuevamente ser la candidata de ese partido. Y Gabriel Quadri, quien ahora es diputado por el PAN después de haber sido el candidato presidencial del PANAL en la elección de 2012 (obtuvo el 2.25% de los votos), ya anunció que buscará la candidatura sin decir por cuál partido.

Pero mencionar a Rubén Moreira, Carlos Loret de Mola y Chumel Torres como sus posibles sustitutos fue una exageración o una broma. El primero no tiene la menor oportunidad de ser el candidato del PRI mientras que los otros dos no tienen por qué sacrificar sus exitosas carreras para competir en una elección que nunca ganarían.

Me llamó la atención que no se refiriera al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quien definitivamente es una de sus cartas fuertes. Y no me sorprendió que no mencionara al senador morenista Ricardo Monreal, porque hace tiempo le perdió la confianza.

O que no nombrara a dos gobernadores de la oposición que están bien evaluados: al priista de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, con quien mantiene una excelente relación, y al panista de Yucatán, Mauricio Vila Dosal.

Ahora bien, no nos engañemos: quien heredará el cargo de AMLO será quien Morena designe como su candidato(a). La oposición no tendrá la menor posibilidad de triunfo en 2024.

Por: Eduardo Ruiz-Healy

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