Un fenómeno natural común en la antesala de un tsunami —la repentina retirada del agua del mar desde la costa— suele ser interpretado como una señal de alerta. Sin embargo, este mecanismo tiene una explicación física bien definida.
El agua se repliega por el paso de la fase de valle o “trough” de la ola de tsunami, antes de que llegue la cresta principal. Las olas, incluyendo los tsunamis, no solo tienen picos, sino también valles, y cuando la primera parte que llega es un valle, el mar ante la costa se baja drásticamente expuesto como si el nivel de agua fuera muy bajo. Este movimiento corresponde a la parte baja de la onda, que precede al pico destructivo que viene después.
Los tsunamis se originan principalmente por terremotos submarinos de gran magnitud, cuyo epicentro genera una deformación vertical del fondo marino. Este desplazamiento masa de grandes volúmenes de agua, que propaga ondas por todo el océano. Aunque esas olas son casi imperceptibles en mar abierto, al llegar a aguas someras se frena su velocidad y crece su altura, fenómeno conocido como “shoaling”.
Cuando el sismo genera hundimiento del lecho marino, se propaga primero la parte baja del tsunami (el valle), lo que provoca el retroceso del mar. Luego, llega la cresta que puede inundar la costa. En otros contextos, si el sismo produce elevación del fondo, el primer efecto puede ser un aumento repentino del nivel (sin retiro previo). La presencia o ausencia de retirada depende del mecanismo específico del evento.
El tiempo entre la retirada del agua y la entrada de la ola varía desde segundos hasta varios minutos, dependiendo de la ubicación del epicentro y la topografía submarina. Sin embargo, esta ventana es extremadamente breve y no debe tomarse como una invitación a observar el fenómeno desde la costa.
Expertos recuerdan que no todos los tsunamis presentan este aviso natural. En aproximadamente la mitad de los casos, la primera manifestación es una ola de aumento inmediato, sin retiro previo. Por ello, si se siente un sismo fuerte cerca de la costa, lo correcto es evacuar inmediatamente hacia zonas elevadas aunque no se observe retirada de agua.
En recientes alertas por un sismo de magnitud 8.8 en Kamchatka (Rusia), donde se emitieron avisos para toda la cuenca del Pacífico, habitantes en Hawai reportaron que el mar se retiró notablemente minutos antes de que llegaron olas de más de un metro, lo que confirma el funcionamiento de esta señal natural.
