EN LA lucha entre los factores sanitario y económico, ayer este último tuvo una jornada ganadora (parcial) con el cacareado anuncio federal de una nueva etapa de acciones para contrarrestar los efectos del COVID-19. Es decir, ya se palpa la reactivación social y, por ende, económica, a través de esto que oficialmente tiene etiqueta de “estrategia”, pero que a poco del anuncio debió tomar forma de “sugerencia” nacional. Como sea, se infiere que los estragos económicos están siendo de tal magnitud, que la administración lopezobradorista ya le pone fechas y condiciones de superación al nuevo coronavirus, pero no obligadas.
OTRA INFERENCIA de que ya no se puede contener por mucho tiempo más la jornada de aislamiento en casa con todo y “Susana Distancia” es que el anuncio de la nueva etapa se da justo en los días más críticos. Alias, justo cuando las ciudades más pobladas están debatiéndose en la urgencia de contener una mayor propagación del maldito virus, se da el anuncio de que hay que ir asomando las orejitas en las calles. El carácter no imperativo de la “Estrategia de reapertura de las actividades sociales, educativas y económicas”, se confirma en que cada gobernador la tomará de referencia, pero será decisión propia.
A LO anterior, valga entender que cada gobernante será responsable, y no la Federación, de las acciones que se tomen en la reapertura de las actividades y, consecuentemente, los efectos en el plano sanitario. Para el caso Morelos, prácticamente está cantado que en dos semanas no se evitará el riesgo de contagio, como para que los niños y jóvenes regresen a clases en las escuelas; y de ser así, a ver quiénes le entran. Por lo demás, el anuncio de la “Estrategia”, en caso de una equivocada interpretación, abriría la puerta a la idea de que el bicho está muerto por decreto y que se relajen las medidas de higiene y cordura social.
NOS VENDRÁ bien que a nivel estatal se nos explique claramente qué es “asincronía”, qué es “acmé”, qué es “tasa de letalidad” y otras hierbas, para no cometer la tontería de ir encuerados a la “nueva normalidad”.
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