En los últimos años, Ozempic (semaglutida), un fármaco originalmente diseñado para tratar la diabetes tipo 2, se ha convertido en un fenómeno global. No solo ha demostrado ser eficaz para controlar los niveles de azúcar en la sangre, sino que también ha ganado popularidad como tratamiento para la obesidad, ayudando a pacientes a perder peso de manera significativa. Sin embargo, lo que pocos esperaban es que este medicamento pudiera abrir nuevas puertas en el campo de las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer y otras formas de demencia.

Los primeros indicios: de la diabetes al cerebro

Hace más de una década, estudios preliminares en roedores sugirieron que los fármacos de la familia de Ozempic, conocidos como agonistas del receptor GLP-1, podrían prevenir o incluso revertir algunos signos de la enfermedad de alzhéimer en ratones. Estos hallazgos iniciales, aunque prometedores, no fueron suficientes para generar un cambio inmediato en la investigación médica. Sin embargo, con el auge de Ozempic y otros medicamentos similares como Mounjaro y Wegovy, los científicos han comenzado a explorar si estos fármacos podrían tener beneficios más amplios, incluyendo la protección contra enfermedades neurodegenerativas.

Evidencia emergente: resultados alentadores pero preliminares

Recientes estudios observacionales han arrojado resultados que han captado la atención de la comunidad científica. Un análisis reveló que, en un período de tres años, las personas que tomaban semaglutida (el principio activo de Ozempic) tenían entre un 40% y 70% menos de probabilidades de ser diagnosticadas con alzhéimer en comparación con aquellos que tomaban otros medicamentos para la diabetes. Otro estudio, basado en datos del Sistema de Salud de Asuntos de los Veteranos de EE. UU., encontró una reducción más modesta del 10% en el riesgo de demencia entre los usuarios de estos fármacos.

Aunque estos resultados son prometedores, los investigadores advierten que los estudios observacionales no pueden establecer una relación causal directa. "Es muy difícil saber si los fármacos están causando ese beneficio o si es una coincidencia", señaló Ziyad Al-Aly, jefe de investigación y desarrollo del Sistema de Salud de Asuntos de los Veteranos de St. Louis y autor de uno de los estudios.

Ensayos clínicos: ¿una luz al final del túnel?

Los ensayos clínicos están en marcha para determinar si estos fármacos pueden ser efectivos en el tratamiento de personas ya diagnosticadas con demencia. Un estudio preliminar presentado en la reunión de la Asociación de Alzheimer en 2023 mostró que pacientes con alzhéimer leve que recibieron liraglutida (un fármaco similar a Ozempic) experimentaron un deterioro más lento de la cognición y una menor pérdida de volumen cerebral en comparación con aquellos que recibieron un placebo.

"Los beneficios fueron modestos, pero me siento animado por los resultados", afirmó Paul Edison, catedrático de neurociencia del Imperial College de Londres y líder del estudio.

Mecanismos de acción: ¿cómo podría Ozempic proteger el cerebro?

Aunque los científicos aún no comprenden completamente cómo estos fármacos podrían proteger contra las enfermedades neurodegenerativas, tienen algunas teorías:

Mejora de la salud metabólica: Tanto la diabetes como la obesidad son factores de riesgo conocidos para la demencia. Ozempic podría reducir el riesgo al mejorar la salud metabólica, disminuyendo la inflamación y mejorando la resistencia a la insulina, un factor clave en el desarrollo del alzhéimer.

Reducción de la inflamación: La inflamación crónica está asociada con daño celular y enfermedades neurodegenerativas. Algunos estudios en animales sugieren que Ozempic podría suprimir la inflamación en el cerebro, aunque aún no se ha confirmado si esto se traduce en beneficios clínicos significativos.

Acción directa en el cerebro: Los fármacos como Ozempic actúan sobre receptores en el cerebro relacionados con el hambre y el metabolismo. Si también pueden afectar áreas involucradas en el aprendizaje y la memoria, podrían ofrecer protección adicional. Sin embargo, la capacidad de estos medicamentos para cruzar la barrera hematoencefálica y llegar a estructuras cerebrales profundas sigue siendo un tema de debate.

Reducción de proteínas tóxicas: Estudios en ratones han demostrado que estos fármacos pueden reducir la acumulación de proteínas tau, un marcador clave del alzhéimer. Esto podría ayudar a prevenir el deterioro cognitivo, aunque los resultados en humanos aún no son concluyentes.

El futuro de Ozempic en la lucha contra el alzhéimer

A pesar de los avances, los expertos advierten que aún hay muchas preguntas sin respuesta. "El panorama terapéutico del alzhéimer es muy reducido. No hay muchas cosas que funcionen, así que cualquier adición a este repertorio sería bienvenida", afirmó Al-Aly.

Mientras tanto, los investigadores continúan explorando cómo estos fármacos podrían adaptarse para prevenir o tratar la demencia. Si los resultados son positivos, Ozempic y sus parientes podrían convertirse en una herramienta poderosa no solo para combatir la diabetes y la obesidad, sino también para proteger el cerebro de enfermedades devastadoras como el alzhéimer.

Por ahora, la esperanza está viva, pero la ciencia sigue trabajando para separar la realidad de la promesa. Lo que está claro es que Ozempic ha abierto un nuevo capítulo en la medicina, y su impacto podría ser mucho más profundo de lo que nadie imaginó.

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