En un mundo donde el silencio es incómodo y las playlists lo curan todo, Spotify está a punto de ponernos en pausa... pero en el bolsillo. La plataforma más popular de streaming de audio prepara un nuevo aumento de precios, y sí, ya estamos revisando si de verdad necesitamos el plan familiar.
Según reportes recientes, Spotify planea ajustar sus tarifas en varias regiones del mundo, incluida América Latina, con aumentos que podrían llegar a aplicarse tan pronto como en junio de 2025. Y aunque aún no se han anunciado los nuevos precios para México, el movimiento ya es tendencia entre quienes dependen del servicio para sobrevivir al tráfico, el gym, el insomnio o el simple caos diario.
¿Por qué otro aumento?
Porque Spotify está apostando fuerte por diversificar su oferta. Además del streaming de música, la plataforma ha invertido millones en podcasts, audiolibros y ahora prepara una nueva suscripción "super premium", que incluiría funciones exclusivas como sonido de alta fidelidad, accesos anticipados a lanzamientos y otros beneficios pensados para quienes quieren más que solo música de fondo.
Es decir, el modelo está cambiando: ya no es solo escuchar música, ahora se trata de pagar por una experiencia más amplia. Pero claro, esa amplitud tiene precio.
El dilema: pagar más o… ¿volver a los anuncios?
Con este nuevo ajuste, muchos usuarios comienzan a preguntarse si vale la pena seguir pagando por el servicio sin pensarlo. Algunos ya consideran volver al plan gratuito (con todo y su “anuncio cada tres canciones”), mientras otros están migrando a alternativas o compartiendo cuentas como si fuera 2015.
En medio de esta transición, el plan familiar, el plan duo y el plan individual podrían ver aumentos moderados, pero lo suficiente como para que más de uno haga cuentas antes de renovar.
¿Lo vamos a dejar? Difícil.
A pesar de las quejas, Spotify sigue siendo la app favorita para millones. Su algoritmo, su interfaz, las playlists personalizadas y la comodidad de tener todo en un mismo lugar hacen que la decisión de cancelar sea más emocional que económica.
Lo cierto es que la era del streaming barato está en crisis. Y Spotify, como todas las plataformas, busca cómo mantenerse rentable en un mercado donde ya no basta con tener buen catálogo: ahora también hay que reinventar la forma en que pagamos por escuchar.