Durante la homilía dominical celebrada este fin de semana en la Catedral de Cuernavaca, el obispo Ramón Castro Castro abordó con firmeza el tema de la fe en el contexto actual, al señalar que la sociedad no atraviesa una crisis de fe como comúnmente se piensa, sino más bien una preocupante ausencia de fe.
En su mensaje, el obispo hizo énfasis en la petición de los apóstoles a Jesús —“Señor, auméntanos la fe”— como un reflejo de la dificultad humana para comprender y aceptar plenamente las enseñanzas divinas, especialmente en tiempos complejos y desafiantes.
“Hoy día, en esta sociedad tan compleja que estamos viviendo, en esta crisis de la humanidad tan fuerte, también hay muchísima gente que le resulta difícil creer. (...) Ante una sociedad que está en contra de Dios, donde dicen que Dios ya pasó de moda, les resulta muy difícil creer”, expresó monseñor Castro desde el púlpito.
El obispo resaltó que, a diferencia de una crisis de fe —que supone la existencia de una creencia debilitada—, lo que predomina en muchos sectores es directamente la carencia de fe: “Podemos también analizar, ir a fondo, y ver que quizás, más que una crisis de fe, es ausencia de fe”.
Durante la reflexión, también hizo una crítica a lo que llamó “fe patrimonial”, es decir, aquella creencia heredada o superficial, que funciona en tiempos de estabilidad pero se desmorona ante las adversidades. “Muchas ocasiones llamamos fe a lo que no es fe”, advirtió, subrayando que una fe auténtica debe ser madura, vivencial y capaz de sostenerse en medio del dolor, la enfermedad o la injusticia social.
En un contexto marcado por la violencia, la desilusión política y la pérdida de referentes éticos, el obispo llamó a los fieles a reavivar su confianza en Dios como un acto profundo y comprometido, que va más allá de tradiciones familiares o creencias heredadas.
