El billete de 50 pesos con la imagen del ajolote, emitido por el Banco de México (Banxico), se ha convertido no solo en un medio de pago, sino también en un objeto de colección que muchos mexicanos prefieren conservar antes que gastar.

De acuerdo con una encuesta del propio Banxico, los mexicanos tienen guardados alrededor de 12.5 millones de pesos en billetes de esta denominación, ya sea por su atractivo diseño, por su valor simbólico o incluso por la expectativa de que su precio aumente con el tiempo.

Un fenómeno nacional de colección

El estudio señala que el 68 % de los participantes que admitieron conservar billetes del ajolote tiene entre una y cinco piezas, mientras que una minoría cuenta con un número mayor. Este fenómeno ha crecido desde su lanzamiento en octubre de 2021, cuando Banxico presentó la familia G de billetes, caracterizada por incorporar nuevos elementos de seguridad y un diseño más representativo de la identidad mexicana.

El billete, que muestra al ajolote mexicano y al lago de Xochimilco en el reverso, ha conquistado a los usuarios por su colorido y simbolismo. En el anverso se encuentra la imagen de Benito Juárez, uno de los presidentes más emblemáticos del país, lo que refuerza su valor cultural.

El billete más bello del mundo

Su popularidad no solo se limita a México. En 2022, la International Bank Note Society (IBNS) lo nombró “el billete más bonito del mundo”, reconociendo su diseño artístico, los tonos morados y verdes, y la representación del ecosistema del ajolote, especie endémica y símbolo de conservación ambiental.

Por qué los mexicanos lo guardan

Entre las razones principales para conservar el billete, la mitad de los encuestados destacó su atractivo visual como el motivo principal. Otro 8 % señaló que les gusta por los elementos naturales que muestra —como Xochimilco—, mientras que un 7 % recordó el escudo nacional con el águila devorando a la serpiente como un diseño igualmente icónico.

Por otro lado, un 5 % de los participantes reconoció que guarda los billetes con fines especulativos, es decir, esperando que en el futuro se vuelvan piezas valiosas para coleccionistas y puedan venderse a un precio superior a su valor nominal.

Más allá del dinero

Para Banxico, este tipo de comportamientos también refleja una conexión emocional con la moneda nacional. A lo largo de los años, los billetes con diseños alusivos a la historia o a la naturaleza mexicana han generado un sentido de orgullo y pertenencia entre la población.

El caso del billete del ajolote es un ejemplo claro: ha despertado un interés que combina la apreciación estética, el simbolismo cultural y la curiosidad numismática. Aunque su circulación continúa siendo alta, una parte importante ha salido del flujo comercial para formar parte de colecciones personales o para conservarse como recuerdo.

Un ícono moderno

El ajolote, además de ser un animal emblemático de la Ciudad de México y símbolo de resiliencia, se ha convertido en un embajador cultural. Su presencia en el billete de 50 pesos refuerza la importancia de proteger las especies endémicas y reconocer el patrimonio natural del país.

Con más de 12.5 millones de pesos retenidos en billetes de ajolote, este pequeño anfibio no solo habita las aguas de Xochimilco, sino también las carteras, álbumes y corazones de millones de mexicanos.

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