Abril comienza con un evento astral que causa revuelo entre los seguidores de la astrología: el inicio del retroceso de Mercurio. El planeta más cercano al Sol comenzará su aparente marcha atrás el 1 de abril a las 19:15 horas, prolongándose por tres semanas y media hasta el jueves 25 de abril. Este tránsito ocurre en el signo de Aries, asociado con la acción y la pasión, lo que según los expertos en el tema desafiará nuestras motivaciones y modos de expresión.
Aunque Mercurio retrógrado suele infundir temor, también es una oportunidad para cultivar la introspección y el crecimiento personal.
¿Es sólo una ilusión?
La retrogradación de Mercurio es una ilusión óptica que ocurre cuando, desde la Tierra, parece que el planeta se mueve hacia atrás en su órbita. Este fenómeno ocurre aproximadamente cada cuatro meses y forma parte de los tránsitos cruciales del año en astrología.
El período previo al retroceso, conocido como fase de presombra, ya ha mostrado signos de lo que está por venir. La fase estacionaria, que precede al retroceso, intensifica estas energías y prepara el terreno para las semanas siguientes.
¿Dificultades y conflictos?
En cuanto al impacto de Mercurio retrógrado en Aries, Álvaro Norambuena Donoso especialista en el tema, advierte sobre la posibilidad de conflictos y dificultades en la comunicación debido a la naturaleza impulsiva de este signo. Además, la conjunción de Mercurio con Plutón puede generar tensiones y frustraciones en el ámbito social.
Sin embargo, a medida que Mercurio retoma su movimiento directo el 25 de abril, se abre un período para aplicar las lecciones aprendidas durante la retrogradación. Norambuena menciona lo importante que es este momento para materializar ideas y proyectos con un renovado espíritu competitivo.
Aunque el final de Mercurio retrógrado traerá sorpresas, incluida una conjunción con Quirón y Venus en Aries, los astrólogos aconsejan reflexionar sobre si nuestros proyectos están enraizados en pasión y autenticidad. Solo así podremos aprovechar al máximo el impulso y la claridad que nos brinda Mercurio directo.