El XIV Dalai Lama expresa que: “El planeta no necesita más personas “exitosas”. El planeta necesita desesperadamente más personas que cultiven la paz, personas que ayuden a sanar y rehabilitar, que narren historias y den amor en todas las formas posibles. Necesita gente que viva de forma significativa en sus lugares de origen, con coraje moral, dispuestos a luchar por un mundo más habitable y humano; y estas cualidades, tienen muy poco que ver con el éxito tal como lo entiende nuestra cultura actual”.

El coraje moral es aquello que genera en el individuo sensato la capacidad para defender sus derechos y valores fundamentales. Es la razón que determina a una persona a tomar acciones para poner orden en quienes violentan su entorno, motivándolos a que actúen con decoro dentro de su comunidad para vivir en un mejor ambiente. 

La paz, empezando por la paz vecinal, es lo que hace falta en este mundo donde reina la descomposición social, por las calles va y viene gente provocadora que no le importa afectar a los demás, porque argumentan que “la calle es libre” -pero la toman con libertinaje- no tienen la capacidad para decidir que es un espacio para la comunidad, ni tampoco la tienen para respetar entornos, o pasear perros donde causan alteraciones y atacan a otras mascotas y personas, y esto es precisamente lo que a un psicópata le cuesta trabajo entender, violentando así, el “Derecho a la Integridad y seguridad personales”, y el “Derecho a un ambiente sano”. Ese tipo de comportamientos, suelen ser causa de enfrentamientos que han llegado a lamentables pérdidas humanas, provocadas por conductores de autos y vecinos desmedidos, que no consideran las consecuencias que causan al hacer o dejar de hacer, y es cuando se debe recurrir a las autoridades para ayudarlos a comprender que los derechos de unos terminan donde empiezan los de los demás.

El problema con estos razonamientos optimistas -de los que estoy hablando- es que se ignora esa verdad que la historia se ha cansado de repetir. Lo dijo Orson Welles: “El ser humano es un animal enloquecido”.

La neuro científica Rita Levi ganadora del Premio Nobel; aseguró que “las personas, a diferencia de los animales requieren de la ética”, que, en resumen, es, no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti, la premisa pedestal de todas las religiones, pero siendo tan simple no se practica, todo es a conveniencia personal. Para la gran mayoría, la ética es un asunto incomprensible, parece contradictorio que hasta en los más altos tribunales de justicia y del magisterio se hayan dado cursos de ética sin lograr nada. Agrega Rita que, “El ser humano requiere de normas para regular su comportamiento, no tiene la capacidad para lograrlo por sí solo, como si la tienen hasta los animales invertebrados” (así), por ello y de manera constante surgen más leyes y más reglamentos para una y otra cosa.

Sin embargo, aunque son menos, también habrá personas conscientes con coraje moral para hacer entender, que en las poblaciones no impera la ley de la selva, sino que, vivimos en comunidad, donde a falta de razonamientos, existen reglas, precisamente para no alterar las vidas ajenas. 

De una u otra forma, hay que ayudar para sanar y rehabilitar a esas personas que actúan con una “libertad” enfermiza de poder hacer o no hacer a su antojo, y hay que hacerlo con el coraje de hacer valer las leyes y los reglamentos que para eso están. 

Y es que el sentido común ya no es nada común, los infractores deben entender que, a toda acción corresponde una reacción, pero de mayor fuerza. 

Dice el Dalai Lama que todos, y más los que escribimos, debemos narrar historias de paz y amor, pero también dice que, hay activar el coraje moral -aunque parezca contradictorio- porque el coraje moral, es lo que requiere un individuo para poner en paz a sinvergüenzas. 

Y todo esto repercute en el Planeta, porque también existen sociópatas y psicópatas que gobiernan núcleos y naciones que enfrentan a sus ciudadanos y a sus países. 

Está por cumplirse el centenario de una novela que en su momento se convirtió en la más famosa historia que aparenta ser bélica para quienes ven superficialmente, sin embargo, en el fondo es antibélica “Sin novedad en el frente” de 1929, es la novela que cuenta la historia de un joven soldado alemán que fue reclutado para ir a la Gran Guerra henchido de contagiado “fervor patriótico”. El momento cumbre es cuando durante un bombardeo, este soldado alemán es atacado por otro francés, y se esconde en una trinchera excavada donde sorprende y apuñala repetidamente a su enemigo francés que pretendía matarlo. Mientras lo ve morir, lo reanima, le ofrece agua y trata de curar las heridas que él mismo le ha infligido y aprende la lección que las guerras son enfrentamientos que no tienen ninguna razón para hacerse daño. 

La novela tuvo muchos detractores; entre ellos, el naciente partido nazi que la acusó de atentar “contra el orgullo alemán” y quemó todos los ejemplares que localizó. 

Sus páginas se refrendan hoy en el frente de guerra de Kiev, y en cualquier calle de nuestras ciudades. 

Autor, Carlos Lavín Figueroa

¡Hasta la próxima!

Por: Carlos Lavín Figueroa  / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx

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