A cien años de la traición y cobarde asesinato de Emiliano Zapata, su legado es sin duda el Plan de Ayala, documento que por su importancia social dio la vuelta al mundo cuando germinaba la primera revolución del siglo XX, cuando el Gobierno Federal calificaba a los zapatistas de salteadores de caminos, violadores y roba vacas. En contraparte, Zapata encomendó a su cercano Otilio Montaño un plan para dar a conocer sus ideales y cambiar la imagen que de sus tropas se tenía en la capital del país. Solo que no fue Montaño quien lo elaboró como hasta la fecha se dice, este, lo encargó al abogado, filántropo y poeta Salustio Carrasco Núñez, vecino de Iguala, quien supo plasmar los ideales del líder Zapata. Hay datos, evidencias, fuentes, de la relación de Carrasco con Zapata y Montaño en Villa de Ayala; de cómo y cuándo Carrasco llamó por telegrama urgente desde Iguala al capitán Gonzalo Ávila Díaz para participar en su redacción. Ávila, que había repartido tierras en Guerrero, se encontraba en Taxco, llegó esa misma noche a caballo con su ayudante personal Magdaleno Pérez Cortes quien daría su testimonio en un documento dirigido a la Secretaria de la Defensa Nacional, donde aporta extensamente, fechas; detalles; horas en que fue redactado el Plan en casa del juez Paulino Ruiz, donde Carrasco, las noches del 26, 27 y 28 septiembre de 1911, de pie y con una copa de coñac en la mano, dictaba el documento a Ávila Díaz quien lo escribía; de cómo y cuándo lo envió a Morelos oculto en un madero de tlamiahual ahuecado por el carpintero Tomas Moyao; la persona que lo trajo Ramon Vicario de Quetzalapa seria fusilado por federales después de hacerlo confesar en la Hacienda del Hospital, y Carrasco fue asesinado. Ávila Diaz, después de repartir tierras, había llegado perseguido a Villa de Ayala, donde fue maestro de Zapata.
Sobre la supuesta autoría de Montaño y otros, solo hay vagas y contradictorias menciones sin sustentos.
En Chilpancingo, Carrasco había sido activista contra el régimen de Porfirio Diaz, participó en la elaboración del Plan del Zapote; en 1900 fue perseguido por el coronel porfirista Victoriano Huerta por estar en contra del candidato de Diaz a gobernador de apellido Mercenario y a favor de Castillo Calderón candidato ciudadano, hecho conocido como “La revuelta de Castillo Calderón”. Emigrando, llegó a refugiarse a Villa de Ayala donde vivió por dos años, de enero de 1900 a finales de 1901, fue protegido por el viejo antiporfirista y líder agrario Luciano Cabrera antecesor de Zapata, ahí conoció a Montaño, y aunque eran de la misma edad también fue maestro del caudillo, ahí, asesoró a los campesinos ante los tribunales para la recuperación legal de sus tierras, ahí, en Ayala, dató quince de sus poemas publicados en su libro “Nublos y Estrellas” -que poseo autografiado por su hija Carlota- donde se destaca como conocedor de los clásicos de la literatura universal. La autoría de Carrasco la mencionan varios historiadores; Vicente Fuentes Díaz, Arturo Figueroa Uriza que dice; le abonaremos a Carrasco el mérito de ser la pluma creadora del Plan de Ayala; en “Historia del Estado de Guerrero” el historiador Moisés Ochoa Campos menciona que el Plan es del mismo estilo literario que los poemas épicos de Carrasco, donde utiliza las mismas palabras; dictadura, justicia, tirano, déspota, cadenas, esclavos, yugos, bienestar, patria, espada, Dios, libertad. Algunos de sus poemas son; POR LA JUSTICIA (Pro Justitia); y LUCHAREMOS de 1894; A LA FRATERNIDAD NACIONAL de 1909; REO DE INFAMIA; ODA; y 16 DE SEPTIEMBRE en 1910; REDENCIÓN; TOQUES DE CLARÍN y AL PADRE DE LA PATRIA, 1911; PRO LIBERTAS, PALMA Y LAUREL y ¡OH DIOS! en 1893. En Ayala escribió; CRISTO en 1900; DESDE EL CALVARIO; ROMANCE PATRIÓTICO; e HIMNOS DE ALIENTO en 1901.
Ya recibido de abogado, Carrasco, se había instalado en Iguala donde siguió asesorando a Zapata ante los tribunales, antes de que estallara el conflicto armado.
El documento, apegado a la historia, al igual que sus poemas, lo hacen único en su género, en el, califica al presidente Madero de inepto y traidor a los revolucionarios que lo ayudaron con su sangre a llegar a la presidencia llamándolos bandidos y rebeldes; lo señala de no cumplirles sus promesas y lo desconoce como presidente.
A petición del Plan, Madero destituye al General guerrerense Ambrosio Figueroa como gobernador de Morelos, lo llama a Palacio Nacional, lo nombra Jefe Militar de Iguala con “una importante comisión”. A unos días de llegar Ambrosio a esa ciudad, Carrasco fue detenido por fuerzas federales, y a unas horas, en la madrugada es vilmente asesinado de un balazo de máuser en la cabeza y destrozándosela a culatazos. Figueroa envía una carta a Madero informándole del “fusilamiento”, Madero le contesta la carta; “…nunca he dudado de su lealtad… esperamos terminar con Zapata…”. De su asesinato, se levantaron actas dando otras razones para no involucrar al presidente. pero solo ante las protestas de la población y de distinguidos igualtecos que fueron a Palacio Nacional a protestar ante Madero ese acto cobarde, la nota periodística de primera plana fue; “La comisión fue recibida de inmediato, pero salió desilusionada por el frio trato que les dio el presidente”. El asesinato fue noticia en periódicos nacionales durante varias semanas.
El Plan lo envió Carrasco a Montaño, fue interceptado por retenes zapatistas y entregado directamente a Zapata, “gustándole al caudillo de sobre manera” dijo su sobrino Maurilio, quien era jefe de su Estado Mayor, el caudillo se lo entregó a Montaño, para revisarlo y transcribirlo adecuandolo a las circunstancias del momento –de ahí los errores gramaticales- ya que fue promulgado dos meses después de su redacción; fue quien lo leyó en la proclama del 28 noviembre de 1911, así, la rústica tropa le atribuyó su autoría, versión que se sostiene a la fecha.
La autoría del Plan, fue narrada en 1947 por el testigo presencial Pérez Cortés -quien entonces escribía el detallado memorial del que poseo copia- a mi querido amigo Don Andrés López Velazco -QEPD- respetado presidente de la Asociación Nacional de Cronistas A.C., líder estudiantil; guerrillero y lugarteniente de Genaro Vázquez Rojas -conservo su testimonio grabado en video.
Montaño, maestro y compadre muy apreciado por Zapata, fue fusilado por traición al Plan de Ayala y a la causa revolucionaria previo juicio autorizado por el caudillo, en su testamento político no menciona ser el autor del Plan de Ayala. Zapata se había asegurado que Montaño intentó desconocerlo como jefe del Ejército Libertador del Sur.
En el centenario del documento, el entonces director de Investigaciones Filosóficas y la directora de la Facultad de Filosofía de la UNAM, en una conferencia en Cuernavaca, fundamentaron que, por su espíritu de legalidad y justicia, donde se condensan tradiciones históricas y filosóficas, solo pudo ser redactado por un abogado, conocedor de la literatura universal y enterado de temas de actualidad mundial, de lo que carecía el maestro rural de primaria Otilio Montaño. Varios artículos de nuestra Constitución, el 3º, 27 y 123, surgen del Plan de Ayala.
El zapatismo va más allá de Morelos, Zapata y el Plan de Ayala siguen vigentes, el despojo ancestral de tierras y aguas, y con ello del alma de los campesinos son actuales y sus líderes asesinados por defender su identidad, su historia emocional, intelectual y hereditaria.
-Este martes 9 de abril a las 13 horas, en el “Museo de la Mujer” de la Ciudad de México, presentaré la conferencia “La Mujer hispana en la Conquista, un tema oculto” están invitados.
P.D. Hasta el otro sábado
Testimonio divulgado en 1964 sobre la autoría del Plan de Ayala dirigido al Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional. Libro de poemas de Salustio Carrasco publicado en 1923.
Carrasco Núñez y Ávila Diaz participes de la elaboración del Plan de Ayala, y Pérez Cortés, testigo presencial. Fotografía que por décadas estuvo en escuelas y edificios públicos de Guerrero.
Por: Carlos Lavín Figueroa / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx