Los grupos de presión (…)
su finalidad es orientar la acción
del poder hacia sus intereses,
sin asumir responsabilidades.
Maurice Duverger, Jurista y politólogo francés.
Tal vez la sedicente ingeniera María Soledad Solís Córdova ignore o ya ni se acuerde de los fundamentos marxistas-leninistas que dieron origen a la organización Antorcha Campesina, pero no hay duda de que sabe explotar su franquicia de la “pobreza” en Morelos.
También queda poco o nada de las banderas comunistas que a mediados de los 70’s empuñó su tío Aquiles Córdova Morán en lo que fue el movimiento pro campesino, convertido luego en brazo electoral y de presión del PRI.
En 2017 se mostraron como soldados del PRI en apoyo a la gubernatura de Alfredo del Mazo, y al año siguiente se alinearon con la causa de Meade Kuribreña por la Presidencia de la República. Del pragmatismo aplicado en el primer sacrificio han sido usufructuarios, mientras que el segundo es historia.
De hecho, hasta hace poco la sucursal en Morelos de Antorcha Campesina usó al Partido Verde Ecologista para trepar a una regiduría en el municipio de Zapata -dos veces-, y éste se iluminó con ella en las urnas para mantener su registro partidista. Una relación simbiótica, como de hongos.
Mientras el tío Aquiles Córdova se eterniza en la secretaría general de la organización por ya casi medio siglo, la sobrina María Soledad es inamovible, como los tíos Ulises, Perseo y Eleusis, principalmente en Puebla. Más familiares como Soraya, Hersilia y Lorena Córdova Morán, han llevado franquicias en otras entidades.
María Soledad Solís Córdova, en Morelos, no ha logrado exprimir la marca de “Antorcha Campesina” como quisiera la cúpula familiar donde además se han anotado Franklin (Chiapas) y Lenin Campos Córdova (SLP), así como Amina García Córdova (Edomex), entre otros.
Una muestra del pensamiento antorchista en Morelos puede observarse en una expresión de Martín Mora Sánchez, uno de sus sublíderes en la región Sur-Poniente: “La riqueza nacional la generamos los pobres de México; por tanto, merecemos vivir dignamente con los servicios básicos”.
EXIGENCIAS
Y CONTRA TODOS
El modus operandi de la queja, la marcha, el plantón y hasta la acción violenta no han prosperado del todo aquí para la que firma como ingeniera y no aparece así en el Registro Nacional de Profesionistas (SEP), como fue en la gubernatura de Graco Ramírez (2013-2018).
Oculta o inexistente su cédula profesional, al igual que su declaración patrimonial como funcionaria pública en el municipio de Zapata, Solís Córdova sacó poco de la administración graquista, mientras ahora ha despotricados contra la estatal y en especial contra Andrés Manuel López Obrador.
En el año 2016 durante el gobierno de Graco Ramírez, la Coordinadora Morelense de Movimiento Ciudadanos reportaba que Antorcha Campesina demandaba sólo 20 millones de pesos para satisfacer sus necesidades, y para ello multiplicó las movilizaciones.
En mayo de 2017, el a la sazón secretario de Gobierno Matías Quiroz acusó a la organización de Soledad Solís de incitar a la violencia en Totolapan y de lesiones a 13 policías, así como daños al palacio municipal, patrullas y quema de dos retroexcavadoras.
Hace un par de semanas, la lideresa y algunos seguidores organizaron una marcha en el centro de Cuernavaca, exigiendo una amplia gama de apoyos a favor de los “pobres”, como si tal situación fuera marca registrada de la Antorcha Campesina.
En cuanto al plano federal, siendo el gobierno de López Obrador lo más próximo a la concepción fundacional de izquierda y hasta comunista de Antorcha Campesina, la líder antorchista morelense ha optado convenencieramente al pragmatismo.
En junio del año pasado, Soledad Solís anunciaba una protesta callejera contra el ejecutivo federal porque no ponía en operación un programa de alimentos básicos para los carentes de empleo formal, y porque “han pasado más de 100 días de confinamiento y el Gobierno federal tiene en el olvido a los pobres de México”.
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