Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.
César Enrique Garizurieta, político veracruzano
Han pasado casi 80 años del surgimiento de la celebérrima frase “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, y hoy todavía pueden verse fieles partidarios de la misma como don Demetrio Román Isidoro.
Aquella confesión de cinismo del veracruzano César Enrique Garizurieta, quien fuera diputado, magistrado, embajador, consejero de la Presidencia y narrador, se reforzó -cuenta la leyenda- con su prematuro fallecimiento al ya no estar en la administración pública.
Pero su legado “filosófico” hoy se revitaliza en Morelos ante la disputa de 20 diputaciones, 153 regidurías, 33 sindicaturas y 33 presidencias municipales, una de las cuales busca Román Isidoro, el de Tejalpa.
El arquitecto por la UAEM ciertamente ha tenido un desarrollo más en el servicio público que en sus tareas profesionales y/o de dueño de una casa de materiales de construcción en el bulevar Cuauhnáhuac.
Es decir, parece comulgar bien con el “Tlacuache” Garizurieta, no sólo en aquella máxima de vivir enchufado al erario, sino también en otra delicia prosaica del singular personaje: “Amistad que no se refleja en la nómina… es pura demagogia”. Veremos por qué…
Hoy día, Demetrio Román Isidoro busca colocarse como presidente municipal de Jiutepec con el Partido Fuerza por México, en otra pirueta digna de los más hábiles trapecistas de la política morelense.
Inició como actor político ciudadano, luego hizo comunión con el PAN en los tiempos de la llamada Sagrada Familia, buscó no desenchufarse del erario a través del Movimiento Ciudadano y hoy abandera la causa del instituto político satélite de Morena que pastorea Pedro Haces Barba.
En esa dinámica de no vivir fuera del presupuesto, Demetrio Román trepó en la ola azul foxista que llevó a muchos al enchufe oficial como diputado local 2000-2003, a la alcaldía de Jiutepec 2003-2006 y a la diputación federal 2006-2009.
Luego podría cuadrar aquello de “Amistad que no se refleja en la nómina… es pura demagogia”, cuando fue integrado al Gobierno de Morelos vía la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, en la administración del líder familiar Marco Antonio Adame Castillo.
Venido a menos el panismo, Demetrio Román Isidoro fue acusado de malos manejos en su cargo público en el gobierno de Adame. Allá por 2015 intentó presidir nuevamente Jiutepec por el ex partido naranja, y hasta hace poco seguía en la nómina de su mismo municipio pero en el gobierno emanado de Morena-PT y Encuentro Social, con Rafael Reyes.
AL FILO DE LA LEY,
EN OBRAS PÚBLICAS
En el año de 2016, el arquitecto Demetrio Román Isidoro fue señalado en el expediente de responsabilidad 57/2016 por parte de la Secretaría de la Contraloría del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado de Morelos.
Producto de la Auditoría MOR/CRD/10, en tiempos de Adriana Flores Garza, se detectaron irregularidades en la realización y ejecución de un contrato de obra pública por 27 millones 200 mil pesos.
La Contraloría le fincó responsabilidad y como sanciones “destitución, inhabilitación por cinco años para desempeñar cargo, empleo o comisión dentro de la administración pública y multa por la cantidad de 5 millones 641 mil 67 pesos con 40 centavos”.
La Dirección de Responsabilidades y Sanciones Administrativas de la Contraloría encontró anomalías en la forma de licitar la obra, así como la reducción en las metas y el encarecimiento de los trabajos, sin embargo Román Isidoro promovió un juicio de nulidad ante el Tribunal de Justicia Administrativa, con expediente TJA/3ª.S/1462016.
En el análisis quedó demostrado que el manejo del contrato multimillonario no se dio en las condiciones que inicialmente se estimó serían las regulares, pero a la postre el tribunal administrativo resolvió a favor de Demetrio Román, por lo que no fue inhabilitado ni castigado con el pago de los 5.6 millones de pesos.
Es decir, está habilitado y en campaña para reenchufarse como presidente al gobierno por un partido diferente al que ahora gobierna y del que hasta hace lo tenía registrado en la nómina.
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