La oposición ha empezado a tratar de mostrar que se mueve, pero le hace falta una chispa. Parece que el presidente está a punto de regalárselas. 

Una pasarela en el PAN -Kuri, Vila, Creel, Maru- y otra en el PRI -Ruiz Massieu, De la Madrid, Paredes, Ildefonso- tratan de dar señales de vida, de que no todo está definido en la sucesión presidencial del 2024. En MC tienen a Alfaro, Samuel, Colosio y los siguen placeando. No es que la baraja esté robusta, sobre todo si vemos las encuestas que los colocan muy por debajo de las “corcholatas” del presidente López Obrador, pero por lo menos ya se habla de algo. 

Sin embargo, a la oposición le falta esa chispa que encienda la pradera, que saque a la gente a la calle, que les permita capitalizar el enojo contra el gobierno en turno. Una chispa que indigne a la gente y la ponga en modo-pelea. 

En tiempos de Peña Nieto la ciudadanía dijo ya basta a la corrupción y se volcó por AMLO. En tiempos de Zedillo, el electorado dijo ya basta de PRI y se volcó por Fox. La chispa del 2024 puede ser el INE. El presidente está jugando con fuego. 

Según las encuestas, López Obrador no necesita la destrucción del INE para ganar la sucesión presidencial del 2024. Aventaja cómodamente en todos los escenarios. ¿Será que él tenga otros datos? Porque si no los tiene, su apuesta política de acabar con el órgano electoral -que además es muy popular- es arriesgada, casi suicida: si ninguno de los escándalos y abusos de poder han despertado esa chispa anti-gobierno, el ataque al INE puede ser la gota que derrame el vaso. 

No es sólo que el presidente se equivoque. Es también que la oposición sepa capitalizar el error. Estamos por ver para qué les alcanza.  

SACIAMORBOS

1.- ¿Ya publicó el presidente su declaración sobre el cash de Pío? Lo prometió hace 70 días. Sigue sin transparentar su versión sobre el origen y destino del dinero. Él sabe que es dinero sucio. 

2.- ¿Será que Omar Fayad se vaya a quedar sin nada? El ex gobernador de Hidalgo rompió con su partido y entregó el estado a Morena. Pero no le ha tocado embajada, y parece que no le va a tocar impunidad. Hoy, la administración entrante del morenista Julio Menchaca tiene abiertas carpetas de investigación y empiezan a soltarse órdenes de aprehensión en contra de priistas del sexenio pasado. 

3.- El negocio de moda en Quintana Roo es hacer despachos de cobranza de deudas que dejó el ex gobernador panista Carlos Joaquín González. Él sí amarró embajada (en Canadá) e impunidad, pero dejó muchas cuentas sin pagar. Hoy en el estado pululan despachos que prometen conseguir con la nueva administración morenista los recursos que quedaron pendientes. Pero no hay dinero. Ni ganas de pagar viejas deudas. 

Por: Carlos Loret de Mola A. / carlosloret@yahoo.com.mx


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