Starlink, la empresa de internet satelital de Elon Musk, ha dado un giro en su postura frente a la Suprema Corte de Brasil y aceptó bloquear el acceso a la red social X (anteriormente Twitter) en el país sudamericano. Esta decisión marca un retiro parcial en la creciente disputa entre Musk y el máximo tribunal brasileño, en un contexto de tensiones políticas y legales.

El servicio de Starlink es fundamental para decenas de miles de brasileños en áreas remotas, como la selva amazónica, donde el acceso a internet es limitado o inexistente. Inicialmente, la empresa calificó de "ilegal" la orden del juez Alexandre de Moraes, quien había dispuesto el bloqueo de la plataforma en todo Brasil debido a que X no designó un representante legal en el país, un requisito del código civil brasileño. Ante el incumplimiento, Moraes ordenó a los reguladores prohibir el acceso a la plataforma.

El enfrentamiento entre Musk y Moraes se ha intensificado en los últimos meses. Musk cerró las oficinas de X en Brasil en medio de una disputa por las solicitudes judiciales que exigían la eliminación de cuentas presuntamente vinculadas a grupos de extrema derecha. En respuesta, Moraes ordenó congelar las cuentas bancarias de Starlink en Brasil, acusando a la compañía de actuar como parte de una “unidad económica de facto” con X.

El tribunal justificó esta medida como un intento de cobrar las multas impuestas a X por no cumplir con las órdenes judiciales, lo que puso en riesgo la continuidad de las operaciones de Starlink en el país. La empresa se enfrentaba a la posible pérdida de su licencia, según advirtió Carlos Baigorri, director de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel).

Finalmente, la noche del martes, Starlink cedió. A través de su cuenta en X, la empresa señaló: "Estamos cumpliendo con la orden de bloquear el acceso a X en Brasil", aunque denunció el "trato ilegal" al congelar sus activos. La compañía explicó que había iniciado un proceso legal en la Suprema Corte brasileña para impugnar la decisión de Moraes y buscar la descongelación de sus fondos.

Con más de 225,000 usuarios en Brasil, Starlink no es uno de los principales proveedores de internet del país, pero juega un papel clave en las regiones más alejadas y de difícil acceso, como la Amazonia y el vasto corazón agrícola brasileño. Sus más de 6,000 satélites en órbita baja proporcionan conectividad a internet a través de antenas parabólicas, una tecnología que ha permitido a comunidades remotas, aviones y barcos acceder a la red.

La prohibición de X en Brasil ha desatado un debate nacional. Mientras que los políticos de derecha critican a Moraes, calificándolo de “autócrata” y acusándolo de atentar contra las libertades civiles, figuras de izquierda, incluido el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, apoyaron la medida. Lula afirmó que la decisión del tribunal representaba una importante declaración de soberanía brasileña.

“El sistema de justicia brasileño tal vez dio una importante señal de que el mundo no está obligado a soportar la actitud de extrema derecha de todo se vale de Musk, solo porque es rico”, señaló Lula da Silva.

La controversia en torno a Starlink y X refleja los desafíos que enfrentan los gigantes tecnológicos al operar en países con marcos legales y políticos complejos, y destaca el delicado equilibrio entre el poder corporativo y la soberanía nacional.

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp