Un nuevo estudio confirma el potencial de la melitina, componente del veneno de abeja, para destruir células tumorales de cáncer de mama agresivo.
Aunque los avances son prometedores, su aplicación clínica aún enfrenta múltiples desafíos.

Diferenciando abejas y avispas - Control de Plagas Sabadell - Prevención de  legionella en Barcelona

La naturaleza sigue ofreciendo claves sorprendentes en la lucha contra enfermedades complejas como el cáncer. En un esfuerzo por transformar el poder defensivo de las abejas y avispas en una herramienta terapéutica, científicos de todo el mundo han centrado su atención en los venenos de estos insectos. 

El trabajo demuestra que la melitina, uno de los principales componentes del veneno de abeja, puede inducir la muerte celular en un tipo de cáncer de mama altamente agresivo. En combinación con ciertos fármacos quimioterápicos, la melitina logró reducir significativamente el crecimiento tumoral en cultivos celulares.

Aunque los resultados son alentadores, los científicos llaman a la cautela. La investigación fue realizada exclusivamente en laboratorio, en líneas celulares, y aún está lejos de convertirse en un tratamiento aplicable a humanos.

“La melitina fue descubierta hace muchos años, y se sabe que es el componente mayoritario del veneno de abeja. Su síntesis es complicada, y podría presentar toxicidad en pruebas con animales”, explica Meritxell Teixidó, investigadora del Instituto de Investigación en Biomedicina de Barcelona (IRB Barcelona).

La solución podría estar en modificar la molécula original para hacerla menos destructiva. Se puede diseñar un análogo de la melitina que sea más selectivo y menos tóxico”, añade Teixidó.

Por otro lado, el veneno de avispa también ha captado la atención de la comunidad científica. El investigador Miguel Moreno exploró su potencial mientras trabajaba en el IRB Barcelona.

Sus experimentos mostraron resultados positivos al utilizar péptidos derivados del veneno, aunque el proyecto se detuvo por razones ajenas a su éxito científico.

Tanto Moreno como Teixidó y la investigadora Ariadna Oller han desarrollado trabajos relacionados con venenos de himenópteros (grupo que incluye abejas y avispas) en el laboratorio del profesor Ernest Giralt, en el IRB Barcelona.

Estos péptidos, conocidos como citolíticos, tienen un mecanismo de acción muy específico: forman poros en la membrana celular, provocando así una muerte rápida de la célula. Sin embargo, como aclara Moreno, su aplicación enfrenta barreras importantes.

Una de ellas es la complejidad de su síntesis química, y otra es su forma de administración. Debido a su peso molecular, estos fármacos solo podrían aplicarse por vía inyectada, algo que actualmente no seduce a la industria farmacéutica, más interesada en compuestos orales.

Pese al entusiasmo que despiertan estos hallazgos, las terapias basadas en venenos de himenópteros aún no están listas para la clínica. Muy distinto es el caso de la apiterapia, una práctica alternativa que consiste en la aplicación directa del veneno de abeja y que carece de respaldo científico. En algunos casos, incluso puede resultar peligrosa para la salud, por lo que no se recomienda.

Así, la ciencia continúa observando con interés el potencial terapéutico oculto en la naturaleza, pero avanza con pasos firmes y prudentes hacia el desarrollo de tratamientos eficaces y seguros.

 

Noviembre  2025  - CDI Morelos

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