El 21 de junio de 1976 ocurrió en México uno de los sucesos más extraños de la aviación nacional. Ese día, Rafael Pacheco Pérez, un joven de apenas 20 años y aprendiz de piloto en la Escuela de Aviación de México, abordó una avioneta Cessna XB-ZOX para un vuelo de instrucción que parecía rutinario. Sin embargo, lo que sucedió después lo colocaría en la historia de los grandes enigmas aéreos y en el mundo de la ufología. La aeronave despegó de Chimalhuacán, en el Estado de México, pero poco después desapareció de los radares durante aproximadamente una hora. Lo sorprendente es que reapareció sobre Acapulco, un trayecto que normalmente hubiera tomado unas tres horas de vuelo. Para incrementar el misterio, al aterrizar se descubrió que el tanque de combustible estaba prácticamente intacto, como si apenas hubiera sido utilizado.

 

Durante ese tiempo, los operadores de la frecuencia aérea 123.45 MHz reportaron haber escuchado la voz del joven piloto transmitiendo un mensaje que parecía no ser suyo. Pacheco hablaba en un tono extraño, como si estuviera en trance, y las frases parecían dictadas por alguien más. “Él está hablando porque así se le ordena, es decir, esta es su voz, él está hablando pero no por su propia voluntad. Lo estamos utilizando a él como si fuera un micrófono”, fue una de las declaraciones que dejó atónitos a los controladores. El mensaje continuó con afirmaciones aún más inquietantes: “Nuestro planeta está a muchos años luz, pero todas las razas del universo somos físicamente iguales. Ustedes no están solos en el universo. No importamos mucho, ni de dónde somos, ni de dónde venimos. Básteles saber que nosotros somos seres de este universo al que ustedes pertenecen”.

 

Al aterrizar, el piloto fue sometido a revisiones médicas y psicológicas. No se detectaron drogas, alcohol ni indicios de enfermedad mental. Lo cierto es que Pacheco nunca volvió a volar después de aquella experiencia. La historia fue retomada por la prensa nacional e internacional, generando toda clase de especulaciones y debates. Algunos investigadores sugirieron que se trató de un episodio de trance o disociación provocado por estrés y fatiga, otros hablaron de una posible alucinación colectiva, y los más atrevidos defendieron la hipótesis de un contacto real con seres extraterrestres.

 

Han pasado casi cinco décadas desde aquel vuelo y el caso sigue rodeado de misterio. No existen pruebas concluyentes de que haya sido un contacto con inteligencias de otro mundo, pero tampoco hay explicaciones que logren descartar completamente lo ocurrido. Hoy, la historia de Rafael Pacheco Pérez sigue viva como uno de los episodios más fascinantes de la ufología mexicana, una señal inquietante de que quizá, en efecto, no estamos solos en el universo.

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