A finales de enero y principios de febrero, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos realizaron 18 vuelos con aviones de alta tecnología, sobrevolando el suroeste del país y el espacio aéreo internacional alrededor de la península de Baja California.
En un contexto en el que el presidente Donald Trump amenaza con enviar tropas estadounidenses al territorio mexicano para combatir a los cárteles de la droga, el objetivo de estos vuelos se ha convertido en una prioridad para la vigilancia de dichas organizaciones.
Según el Pentágono, las misiones de vigilancia en la frontera —históricamente limitadas a una por mes— han experimentado un aumento significativo; en los últimos días de enero y en los primeros de febrero se realizaron aproximadamente 18 vuelos. De estos, al menos 11 se llevaron a cabo con aviones P-8 de la Marina. Además, se efectuó un vuelo de casi seis horas con un avión espía U-2 y otro con un RC-135 “Rivet” de la Fuerza Aérea.
Por su parte, el gobierno de Claudia Sheinbaum informó que se han reportado al menos dos misiones de reconocimiento a cargo del Pentágono en territorio internacional, aunque no se ha señalado que hayan invadido el espacio aéreo mexicano, lo que sugiere que su finalidad podría haber sido recabar información. Asimismo, la secretaria de la Defensa Nacional afirmó de manera tajante que no se trata de espionaje, sino únicamente de misiones para recopilar datos.