La LSM es un lenguaje completo que tiene su propia sintaxis, gramática y léxico, el cual ayuda a los sordomudos a comunicars
La comunicación es fundamental para el ser humano, ya que nos permite conectarnos, entendernos y expresar emociones. Aunque la forma más común de comunicación es verbal, las personas sordas han desarrollado su propia forma de comunicarse a través de la Lengua de Señas Mexicana (LSM).
La LSM es una lengua completa, con su propia sintaxis, gramática y léxico. Está compuesta por expresiones faciales, señas y movimientos corporales que permiten transmitir ideas, mensajes, emociones y sentimientos. Para aquellos que nacen sordos o pierden la audición desde temprana edad, la LSM se convierte en la lengua en la que piensan y se expresan, lo que les permite satisfacer sus necesidades comunicativas y desarrollar sus capacidades cognitivas al máximo.
Sin embargo, la dificultad de las personas sordas para comunicarse con los oyentes dificulta su inclusión en la sociedad. Aunque la LSM les permite comunicarse entre ellos, muchas personas que no conocen esta lengua tienen dificultades para relacionarse con la comunidad sorda. Esto limita las oportunidades educativas, profesionales y humanas de las personas sordas, lo que resulta en una falta de inclusión.
Es importante destacar que la LSM es parte del patrimonio lingüístico de México y ha sido reconocida oficialmente como lengua nacional desde el 10 de junio de 2005. Sin embargo, en términos de educación para personas sordas en el país, los antecedentes se remontan a la Ley de Instrucción promulgada por Benito Juárez el 15 de abril de 1861. Esta ley estableció la creación de una Escuela de sordomudos, cuyo objetivo principal era enseñar español de forma escrita y, en caso de que fuera posible, de forma oral utilizando el alfabeto manual.
Aunque en ese momento no se hacía énfasis en la oralización de las personas sordas, la enseñanza del español escrito era prioritaria. Desde entonces, se ha avanzado en la educación de las personas sordas en México, pero todavía existen desafíos en términos de inclusión y acceso igualitario a la educación y oportunidades para las personas sordas.
En conclusión, la comunicación es esencial para la interacción humana, y las personas sordas han desarrollado la LSM como su forma de comunicación. Esta lengua, con su propia sintaxis, gramática y léxico, les permite expresar pensamientos, emociones y necesidades. Sin embargo, la falta de conocimiento de la LSM por parte de los oyentes puede dificultar la inclusión de las personas sordas. Es fundamental promover la sensibilización y el respeto hacia la LSM y garantizar oportunidades equitativas para las personas sordas en todos los aspectos de la vida.
Un bebé lo puede aprender desde los 6 meses. Las etapas de adquisición del lenguaje de señas son las mismas que las del lenguaje hablado.