El dólar alcanzó un mínimo que no se veía desde finales de 2021, cotizando cerca de 19.26 pesos, presionado por una combinación de factores tanto globales como locales. El peso mexicano se apropió de ganancias frente al dólar tras un histórico recorte de 50 puntos base —al 8.0 %— por parte del Banco de México, mínimo no visto desde agosto de 2022.
Este recorte, el cuarto consecutivo, se diseñó para estimular una economía debilitada, pese a que la inflación aún se ubica fuera del rango objetivo del 3 % ±1 %, rondando 4.5 %. La decisión provocó apreciación inmediata del peso, que se fortaleció más de un 0.2 % tras el anuncio del banco central.
En el ámbito internacional, el dólar sufre por una Fed menos agresiva, marcada por incertidumbre en torno a aranceles, presiones fiscales y cuestionamientos a su autonomía, lo cual ha suavizado su fortaleza global. Además, un reciente acuerdo comercial entre EE. UU. y China redujo la percepción de riesgo, sin olvidar la volatilidad creada por tensiones en Medio Oriente .
Para México, este escenario representa un respiro: los productos importados se abaratan, se alivian las presiones inflacionarias y la deuda en dólares se encarece menos. Sin embargo, el contexto económico nacional sigue débil: el Indicador Oportuno de Actividad Económica del INEGI mostró una contracción anual del 0.3 % en mayo, y el PIB permanece bajo.
Aunque los efectos inmediatos son positivos, economistas advierten que la estabilidad es frágil. Banxico no descarta nuevos recortes, pero también alertó que un dólar débil podría revertirse si resurgen tensiones globales, política monetaria de EE. UU. o choques externos .
En resumen, el dólar se halla en su nivel más bajo en tres años y medio, impulsado por recortes de tasas en México, una Fed cautelosa y menor presión económica global. No obstante, el futuro dependerá de la evolución de la inflación, la recuperación económica interna y el comportamiento del dólar en los mercados internacionales.