Cuando la partera es torpe, le echa la culpa al niño, reza un viejo refrán. Los mejores equipos de la temporada, Cruz Azul y Toluca, están a un paso de quedar eliminados de la contienda, fruto de sus derrotas en los juegos de ida, ambos en calidad de visitantes.

En el juego que abrió la doble cartelera del miércoles, un desconocido cuadro escarlata lució desconcertado, desconectado e incapaz de descifrar el esquema táctico mandado por el entrenador del América, el brasileño André Jardine.

El bicampeón del futbol mexicano, llegado a esta instancia desde el Play in, formó una barrera en el medio campo para, una vez recuperada la pelota, lanzar veloces ataques que si no fueron más letales, se debió a la falta de puntería de sus delanteros.

Además, los rojos del Estado de México cometieron yerros defensivos, como perder el balón en la salida, que bien pudieron ayudar a fabricar un marcador de escándalo.

Luego de varias pifias frente al arco rival, el uruguayo Rodrigo Aguirre logró un doblete que deja herido de muerte al diablo.

El segundo tanto contó con la complicidad del arquero Tiago Volpi, pero la definición fue exquisita.

Luís Ángel Malagón conjuró las pocas, pero siempre peligrosas llegadas toluqueñas y deberá bajar el portón para la vuelta que, sin duda, será un duelazo en el “Nemesio Diez”.

En el otro encuentro, también pudimos ver la mano del entrenador en el planteamiento, parado y ejecución de una táctica que desmoronó al rival.

Juan Carlos Osorio, director técnico de Xolos, visualizó perfectamente las cuarteaduras defensivas de Cruz Azul y así los atacó.

Como alfiles en una partida de ajedrez, los puntas caninos entraban en diagonal para controlar los largos servicios y ponerse cara a cara ante el portero Kevin Mier.

Tres mordidas en el primer tiempo y una expulsión presagiaban una noche de terror para el súper líder, sin embargo, para la segunda parte cesó la ambición y todo queda para el juego de vuelta en la casa celeste.

He escuchado a voces autorizadas y en las redes sociales he leído que, las caídas estrepitosas de los punteros, se deben a que perdieron ritmo.

O sea, que América y Tijuana, por venir de jugar la eliminatoria para integrar la Liguilla llevaron ventaja.

¡Me hierve el buche!, pues nomás eso faltaba, que se buscara un pretexto ramplón para esconder la inoperancia.

Considero que aun con los marcadores adversos, no se puede dar por muertos ni a los Diablos Rojos ni a la Máquina Celeste, pero mucho tendrán que mejorar si buscan seguir con vida.

Los pupilos de Renato Paiva deberán recuperar la memoria a la brevedad.

Los dirigidos por Martín Anselmi reparar las grietas y horadar el arco rival más temprano que tarde.

Si América y Xolos juegan como lo hicieron, puede usted irlos poniendo en Semis.

El resto es buscarle tres pies al gato o chichis a las gallinas. No se puede culpar de la derrota a… el parón.

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