La sentencia del juicio popular ya juzgó a Cuauhtémoc Blanco Bravo como históricamente el peor gobernador que ha padecido el estado de Morelos, peor inclusive que Jorge Carrillo Olea, quien, empujado por el en esos días presidente Ernesto Zedillo, cayó de la gubernatura en 1998, dos años antes de que concluyera el sexenio para el que fuera electo.
Por estos días la gente del pueblo-pueblo ya lo desaforó del cargo de diputado federal. A las personas comunes no les importa que el futbolista de Tepito metido a político conserve el fuero de legislador; la convicción de millones de mexicanos es que Cuauhtémoc es responsable del delito de intento de violación en contra de su media hermana. No hace falta hacer una encuesta para deducir que el mismo porcentaje considera culpable del delito de encubrimiento a Morena, el partido de Cuauhtémoc.
En estas condiciones se presentó la mañana de ayer – temprano, a bordo de su camioneta blindada, inalcanzable para los periodistas– a declarar en la agencia del Ministerio Público de Delitos Sexuales de la Fiscalía General del Estado ubicada en Temixco, donde fue iniciada la carpeta de investigación en su contra por el delito de violación en grado de tentativa y en agravio de Nidia Fabiola, quien es su media hermana.
Hasta ahora salvado del desafuero por sus compañeros de la Cámara de Diputados, la investigación continúa. Pero de la manera que sea, la sentencia perfilada es culpable, y está en la calle, emitida por la sociedad, por un alto porcentaje de los mexicanos, hombres y mujeres, que seguramente confirmaría una encuesta nacional con sólo dos preguntas: culpable o inocente…
EL INCENDIO que arrancó el lunes en Tepoztlán y continuaba ayer en el paraje Malinalapa del barrio de Santo Domingo de Tepoztlán, ya afecto 180 hectáreas de bosque. Pero por desgracia sólo es uno de tantos; no es el primero ni será el último en Morelos. La historia lo demuestra.
Abril de 2024. Una conflagración en el municipio de Huitzilac, grande, voraz, quemó 817 hectáreas de bosque de oyamel y pino en la zona del Parque
Nacional Lagunas de Zempoala que forman Morelos, el Estado de México y la Ciudad de México. Empezó en el paraje Lechuguilla, donde batalló un equipo integrado por trescientos brigadistas, técnicos, operativos de logística y de combate pie-tierra de corporaciones como la Conafor, Conanp, Semarnat, Sedena y Guardia Nacional.
Los morelenses tenemos presente algunos incendios tan extensos como trágicos. En 2014 empezó uno en los primeros días de marzo, cuando murió abrazado por las llamas Miguel Ángel David Rodríguez Bello, regidor de Protección Civil y Medio Ambiente de Tepoztlán. Las autoridades conocieron de la quemazón en la cañada del paraje Paso del Aire, y de inmediato acudieron a combatir las llamas brigadistas de la Comisión Nacional Forestal y voluntarios, entre ellos Miguel David. Voraz, rápido, el fuego alcanzó a cuatro voluntarios, entre ellos al regidor Rodríguez, quien murió en el lugar del siniestro al igual que Rafael Cortés Jiménez.
Abril de 2016. Un incendio que arrancó un martes fue controlado hasta el viernes. Seis helicópteros-cisterna de la Ciudad de México, del estado de México, de la Armada y el Ejército arrojaron agua y polvo extinguidor. Intervinieron 300 brigadistas, voluntarios de Tepoztlán y de municipios aledaños, además de los bomberos del mismo pueblo y del vecino Yautepec. Cinco años después, en abril de 2021 el incendio que prendió en los cerros de Santo Domingo rápidamente se extendió a las cercanías de San Juan Tlacotenco. Las llamas estaban controladas en un 20 por ciento, pero las ráfagas del viento las llevaron a la espalda del cerro del Tepozteco. El resplandor pudo verse a kilómetros de distancia.
Hoy la temporada de los incendios forestales apenas está comenzando… (Me leen el lunes).
Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.