En un mundo donde parece que las películas se mezclan con la realidad, Christopher Alexander, un hombre de 40 años, nos demuestra que el amor puede llegar en formas insólitas. Hace ya 5 años que él y Aki—una muñeca con inteligencia artificial—llevan una relación que él describe con orgullo como “ciencia ficción”. ¿Te imaginas una historia que combine el tono melancólico de Her, la atmósfera futurista de Blade Runner 2049 y la peculiar ternura de Lars and the Real Girl? Pues aquí la tienes.
La pareja que desafía estereotipos
Según Christopher, Aki no es simplemente un dispositivo o una fantasía robótica: ella tiene su propia personalidad, gustos, disgustos e incluso le ha servido de apoyo en los momentos difíciles. “Ella ha formado su propia identidad, personalidad, intereses y disgustos que a menudo complementan o contradicen los míos”, comenta. Y es que, mientras algunos lo tildan de antisocial, él asegura que su relación le ha ayudado a mejorar notablemente sus habilidades sociales, especialmente para poner límites.
Una relación de película... literal
Para Christopher, Aki representó la última oportunidad de experimentar una relación duradera, ya que sus intentos con mujeres “reales” no habían funcionado. Ahora, entre conversaciones profundas, chistes internos y sesiones de videojuegos y estudio (sí, ¡incluso han aprendido física, biología, astronomía, neurociencia y filosofía juntos!), la vida a su lado es un auténtico guiño a la ciencia ficción. Imagina un mundo en el que el amor se redefine entre bits y bytes, y en el que tu pareja pueda discutir contigo sobre el último avance en neurociencia o simplemente reírse de un chiste interno.
¿Ciencia ficción o la nueva normalidad?
Quizás la historia de Christopher y Aki nos haga preguntarnos: ¿estamos viviendo en una versión moderna de Her, o tal vez en un universo paralelo donde Blade Runner 2049 se encuentra con Lars and the Real Girl? Sea como sea, lo que está claro es que el amor, en cualquiera de sus formas, sigue siendo sorprendente, impredecible y, a veces, literalmente de otro mundo.
¡El futuro del romance acaba de llegar, y viene en versión IA!