“Vivas se las llevaron, vivas las queremos.” En un acto inédito, las mujeres de todas las condiciones sociales del estado marcharon el pasado domingo para protestar contra la gran cantidad de feminicidios en el estado. Miles de ellas, todas gritando, daban a conocer las desapariciones y asesinatos de mujeres que el gobierno no ha podido detener.

La verdad es que la situación en el estado, y en su capital, está cada día más difícil. El pasado sábado una amiga me comentaba que el viernes, cuando caminaba por la calle de Palmira, de repente una camioneta blanca se enfrenó y paró a 200 metros de distancia de ella y unos sujetos salieron del vehículo, por lo que se puso en alerta y cruzó la calle. Al ser mediodía, la circulación era bastante intensa, sin embargo los dos hombres que venían en la camioneta la seguían con la mirada. Ella es una mujer bella y atractiva, que en ese momento iba vestida con unos jeans y una camiseta, nada del otro mundo; al pasarse de una acera a la otra, los hombres subieron a la camioneta y dieron la vuelta en U de manera violenta, por lo que ella tocó a la puerta en la primera casa que tenía enfrente, con tanta suerte que una señora con dos amigas se paró frente a la casa de junto y la camioneta sospechosa se estacionó atrás, y cuando los tipos vieron que ella seguía tocando, se retiraron; no sin antes sacarle una fotografía con un celular.

Esta es una historia real de la clase de persecución que las mujeres tienen todos los días en el estado, es por ello que el pasado domingo marcharon desde Buenavista hasta el Zócalo de la capital con un enorme contingente de varios miles de ellas que, con gritos y pancartas, manifestaron su inconformidad a lo que están viviendo.

A eso hay que agregar las declaraciones tan poco inteligentes del Comisionado de Seguridad, que en verdad al parecer es tonto o no tiene sensibilidad y que pone al gobierno estatal en un predicamento.

El contingente hizo un alto en la Fiscalía General del Estado, donde se dio lectura a los nombres de víctimas de feminicidio y desaparecidas.

Posteriormente, y al llegar a la Plaza de Armas, el colectivo “Vivas Nos Queremos” denunció que “en Morelos estamos siendo víctimas de las más aberrantes manifestaciones de violencia feminicida, de abusos y desapariciones, frente a la indolencia y el demérito de las autoridades omisas o inoperantes”.

Refirieron que en los últimos cuatro meses van al menos 66 asesinatos de mujeres, según datos de la sociedad civil organizada, por lo que pidieron que se respeten y garanticen sus derechos humanos, y exigieron a las autoridades estatales emprender acciones concretas que coadyuven a combatir y erradicar la violencia de género.

En la movilización participaron mujeres, hombres y hasta mascotas, con un solo propósito: “ni una menos”. Las mujeres portaron cartulinas y lonas para exigir un alto a la violencia; el contingente protestó ante la falta de interés que ha mostrado el fiscal en los casos de mujeres desaparecidas.

La ruidosa marcha fue sin duda una expresión de rechazo hacia la violencia que se ha desatado en los últimos días, cuando se han denunciado intentos de secuestros contra mujeres jóvenes. De acuerdo con lo expuesto por las líderes del contingente, las cifras de desaparición y feminicidios en el estado aumentaron y colocan a Morelos en los primeros lugares a nivel nacional en esa materia.

Señalaron que tienen documentados al menos 940 casos de feminicidios en la entidad, de 2010 a la fecha, pese a que en 2015 los municipios de Cuautla, Cuernavaca, Emiliano Zapata, Jiutepec, Puente de Ixtla, Temixco, Xochitepec y Yautepec fueron declarados con Alerta de Violencia de Género, por lo que señalaron la violencia a escala de manera casi sistemática, ya que en los últimos cuatro meses van 66 asesinatos violentos de mujeres, sin que exista una estrategia para combatir ese delito.

Al llegar a las puertas del Palacio de Gobierno exigieron acciones con perspectiva de género para la garantía de la seguridad, que las autoridades conozcan y reconozcan los protocolos de atención a casos de violencia en razón de género y que las instituciones respondan a los criterios internacionales de protección a los derechos de las mujeres.

Molestas, y por momentos hasta desesperadas, exigieron cero tolerancia e impunidad para los asesinos, porque señalaron que, al dejarlos libres por falta de perspectiva de género y por carpetas mal integradas, se alimenta la violencia estructural y se revitaliza el ejercicio de la violencia en las calles y en todos los espacios de convergencia.

La protesta es muy válida y algo tendrá que hacer el gobierno para terminar con esta violencia que continúa reproduciéndose cada día.

Desde luego, mientras no se ponga un alto a los lugares de vicio y corrupción que en el municipio abundan, será imposible acabar con este flagelo de la sociedad. ¿No cree usted?

 

Por: Teodoro Lavín León

lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

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