Antes que nada, quiero agradecer a todos y cada uno de mis amigos que estuvieron pendientes de mi salud durante estas últimas semanas. Muchísimas gracias por hacerme sentir mejor y por sus buenos deseos, e informarles que, a pesar de no estar totalmente restablecido, ya estaremos a diario en estas sus páginas de Diario de Morelos, al que agradezco su paciencia y apoyo. El autor.

Entrando en materia, con el respeto que me merece el gobierno, que renuncie Medina Mora me parece muy sospechoso, porque si verdaderamente lo fueran a perseguir ¿para qué renuncia si tiene fuero constitucional por más de once años? Lo que realmente me parece un acuerdo entre telones, que nada bien le hace al régimen actual ni a los anteriores. ¿Cómo es posible que un hombre que conoce a todos y cada uno de los actores políticos en su intimidad, pues estuvo a cargo del CISEN que era la policía política mexicana, que pasó por la Procuraduría General de la República y, desde luego, por las embajadas de Gran Bretaña y Washington -las más importantes que tiene el país- y siendo uno de once que son inamovibles, renuncie de esta manera? Mire usted la nota y vea cómo no tiene sentido.

Según fuentes del Poder Judicial, el Ministro de la Suprema Corte de Justicia, Eduardo Medina Mora presentó su renuncia al cargo, 11 años antes de que concluya el periodo para el que fue electo, y lo hará en el contexto de las investigaciones que realiza la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaria de Hacienda sobre sus cuentas y manejos financieros de los últimos años, en las que, según información que recibió el gobierno mexicano de agencias financieras del gobierno de los Estados Unidos, el funcionario judicial recibió transferencias financieras que no corresponden con sus niveles de ingreso reportadas en sus declaraciones patrimoniales.

El ministro decidió renunciar a su posición para la que fue electo en el Senado de la República en 2015, a partir de una terna propuesta por el entonces presidente Enrique Peña Nieto, después de los documentos publicados el 5 de junio pasado en un diario nacional, y en la que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador confirmara públicamente la existencia de una investigación en contra de Medina Mora, a partir de información recibida por “el gobierno de los Estados Unidos de América” sobre las citadas transferencias millonarias a sus cuentas en ese país.

Aunque su periodo como ministro era de 15 años y concluiría hasta el 2030, con apenas cuatro años en el cargo entregó una carta de renuncia al Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, aduciendo y explicando sus razones para tomar esta decisión. La Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en su artículo 99, indica que la renuncia de un ministro sólo será procedente “por causas graves” y serán enviadas al Presidente de la República, y si éste las acepta, serán enviadas al Senado para su aprobación.

La renuncia de Medina Mora, de cumplirse ese procedimiento, dejó una vacante en los 11 ministros que integran la Sala Superior de la Suprema Corte de Justicia y dará paso a la elección de un nuevo ministro, que será electo por el Senado de la República a propuesta del presidente López Obrador, quien tendrá que enviar una terna una vez que el Poder Judicial de la Federación haga pública la decisión del ministro renunciante, y envié al Poder Legislativo y al Ejecutivo la convocatoria para que se inicie el proceso de selección de un nuevo ministro o ministra, según la terna que decida enviar el titular del Ejecutivo Federal.

Hay versiones sobre la boda de la hija del abogado Juan Collado en la que, al parecer, los de la “mafia del poder” en serio estuvieron presentes, entre ellos el ministro, y son los que están siendo investigados; la verdad es que es verdaderamente grave esto que está sucediendo a nivel nacional, ya que el prestigio del país va en juego.

Imagínese nada más la información que maneja el ex ministro de la corte, al haber sido el espía mexicano, sobre cada uno de los que han participado en política y deje usted, no sólo en su vida pública, sino en la privada de todos, desde los ex presidentes para abajo. Imagínese lo que conoce sobre los problemas de seguridad nacional ya que estuvo en la embajada mexicana en Estados Unidos, donde tuvo que tratar con las agencias internacionales norteamericanas, y la información que tiene de manera directa en la Procuraduría General de la República.

Si es tan grave lo que hizo, pues que sea juzgado como cualquier otro, ¿o la renuncia es a cambio de algo?, eso es lo que habría que investigar, porque de seguro todo el caso se presta a suspicacias. ¿No cree usted?

 

Teodoro Lavín León
totolavin@outlook.com

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