Mientras por un lado la representante del Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa nos habla de cuidar a las niñas y evitar sus desapariciones, los feminicidios en Morelos ocupan el segundo nivel nacional y una acémila de dos patas dice que las mujeres no deberían de dejar la cocina para ser diputadas porque sólo representan a sus esposos y no al pueblo.

Con una disculpa, esta acémila todavía quiere disimular diciendo que mal interpretaron sus declaraciones, las que han sido tema nacional como ejemplo de lo que es la misoginia y la falta del mínimo respeto por quien le dio la vida, que también es mujer.

No ha entendido que si le llegara a la mugre de las uñas de los pies de Golda Meir, de Indira Gandhi o de Margaret Thatcher, o de mexicanas como Elena Garro, Josefa Ortiz de Domínguez, o de muchísimas otras grandes mujeres como la hija de una morelense llamada Juana de Asbaje, no opinaría de esa manera; pero, como llegó con la ola sin ningún mérito y se mantiene como lambiscón del régimen, sin ninguna preparación siente que todas son inferiores a él “el gran diputado”.

Vergüenza debería tener, le debería de dar pena volverse a presentar en público y no es un problema de partidos. Hace tres años otro animal que fue diputado, también misógino, insultó a las féminas de manera estúpida.

En Morelos tenemos mujeres brillantes y muchas de ellas han pasado por la política y merecen nuestro respeto, como Celia Muñoz Escobar que también fue diputada, así como muchas otras, por lo que no se vale que quien no tiene de qué enorgullecerse, se exprese de esta manera y que crea que porque es diputado le va a durar toda la vida; la vergüenza no se la va a acabar, eso denlo por seguro.

Es tan idiota y tan fuera de contexto su pensamiento, que más de la mitad de los electores son mujeres y ni en su conveniencia pensó, le salió del alma su estupidez.

En otro orden de ideas, piden atender casos de desaparición de niñas. En el marco del Día Internacional de la Niña, la vocera del “Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa”, Susana Díaz Pineda, señaló que las cifras de desigualdad a las que se enfrentan las niñas son alarmantes, porque sólo dos tercios de los países en desarrollo han logrado la equidad de género como razón primaria.

En la ofrenda de las víctimas, en la Plaza de Armas de Cuernavaca, Díaz Pineda señaló que es necesaria la participación de la sociedad en la exigencia de aparición con vida de las niñas que han sido reportadas por sus familias como desaparecidas. Y las autoridades deben redoblar esfuerzos, porque en lo que va del año desaparecieron 253 mujeres, de las cuales 153 son niñas de entre cero meses y 17 años, de las cuales solo 97 fueron localizadas pero se desconoce en qué situación.

La activista expuso que en los municipios decretados con Alerta de Violencia de Género (AVG), desde el 2015, la desaparición de niñas va en aumento. Tal es el caso de Cuernavaca y Cuautla, que registraron la desaparición de 25 niñas.

Para que usted se dé cuenta de la gravedad de lo que hablamos, en Jiutepec 18 niñas no están con su familia, 12 en Ayala, seis en Yecapixtla, cinco en Zapata y Temixco, cinco en Jojutla y dos en Tlaltizapán.

En este sentido, la defensora de derechos humanos denunció que hace falta información para conocer la situación en la que fueron encontradas algunas mujeres.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, otras niñas son obligadas a contraer matrimonio a temprana edad y son discriminadas en favor de un hijo varón.

“Hay una situación de delito y mientras no se investigue podríamos estar frente a un caso de trata, porque Morelos está entre los primeros estados con este delito que ataca, principalmente, a niñas”, expresó Díaz Pineda. 

Y creo que tiene mucha razón y de ello se deberían de hacer responsables los representantes del pueblo, como son los diputados, pero como podemos ver existen bestias peludas que rebuznan en lugar de hablar y creen que el sexo es la diferencia de pensar o no, sin darse cuenta de que vienen de una mujer y que lo que le cuelga no sirve de nada para dejar descendencia sin una mujer. El problema es que, con tal de quedar bien, dicen cosas que demuestran la ignorancia y pobreza interna de quienes llegan sin ser nadie y que nadie serán después. Señor diputado, yo sí estudio y mi mejor maestra en el doctorado es mujer y ella sí merece respeto, no como usted. Estamos mal con representantes del pueblo como ése. ¿No cree usted?

 

Teodoro Lavín León
lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

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