La gente está descontrolada con eso de que todos los que trabajan en el gobierno se deben de bajar el sueldo en general y no ganar más que el presidente de México.
Si bien existe una ley constitucional que así lo manda, el sentido común y la lógica nos lleva a razonar que no todo mundo debe ser cortado con el mismo rasero.
Pensamos que esa medida debe ser razonada, sin tantas prisas e ir estudiando a cada grupo social que tiene diferentes gastos, necesidades, ritmo de vida y compromisos que, aunque si podrían bajar sus percepciones en pequeña proporción, no pueden ser comparados con gente que trabaja en una misma institución. Por ejemplo:

El Secretario de Relaciones Exteriores que le da la bienvenida a algún dignatario de tal nación, no va a presentarse en pantalones de mezclilla y sombrero de palma. Tiene que recibirlo con un traje adecuado, de buena calidad y su esposa con un vestido austero si se quiere, pero que se vea que no son simples trapos.

El de Agricultura no va a presentarse frente a los campesinos con un Frack y la esposa con vestido de noche, sino que el Secretario va a usar mezclilla y guayabera o chamarra, mientras que ella ira con un vestido de calle.
¿Ustedes creen que con 108 mil pesos al mes se van a poder comprar esa vestimenta, comer, pagar la renta y la ropa de sus hijos?..
Los Diputados y los Senadores, van a tener que vender sus casas en las Lomas e irse a vivir a la Roma o Las Águilas y cambiar su Suburban de ocho cilindros, por un Jetta de cuatro o seis. ¿Qué van a hacer con su viejo estilo de vida?: las comidas en el restaurante con la familia fulana? Ya no digamos con los amigos de sus hijos, que, aunque vayan a escuelas públicas o estén becados, tienen que poseer un auto para transportarse. Jamás podrán asistir a ninguna fiesta porque el padre no tiene para sus trajes, un regalo o para hacerles una fiesta igual. Aunque… Para evitar esos problemas tendrán que cambiar de amistades.
El presidente Andrés Manuel López Obrador sí puede porque el gana las regalías que le dan en la venta de sus libros. ¿Por qué el presidente no incluye lo que gana con sus libros y se sube el sueldo a 150 mil pesos al mes, para que los que siguen ganen un poco más y  les alcance  para todo?
El Secretario de Salud va a tener que arreglar todo por computadora porque estará ocupado dando consulta en su casa o en su consultorio para terminar de pagar la hipoteca.
Ya no digamos el de PEMEX que tendrá que volar en aerolíneas comerciales todas las noches desde sus oficinas de Campeche, para estar presente a las seis de la mañana en Palacio Nacional e informarle al señor presidente lo que se hizo el día anterior.
Y el de Marina que ya lo mandaron a cuidar las costas, ¿de qué forma puede presentar “el parte” en su cometido si no ha tenido tiempo de subirse a un barco y con ese dinero nunca se podrá cambiar de uniforme porque son muy costosos?
Luego está el pleito con el Poder Judicial de todo el País, el que está acostumbrado a ganar una fortuna y hacer sus negocitos en lo oscurito, porque dicen, que no hay un solo miembro de ese poder, que no se “arregle” con  los abogados o sus clientes, y mucho menos ganando “esa miseria”, comparada con los que la SCJN se embolsa, que son de cinco a seis millones que se dan a sí mismos cada año.
Y así se repite en todos los sectores oficiales, como en las universidades y en las escuelas del Instituto Politécnico Nacional, donde el Director del plantel se dedica en cuerpo y alma a dirigir la institución y ese dinero no le alcanza ni para los taxis para él y para su familia, igual que al rector de la UNAM, quien como el anterior también tiene un Doctorado, tendrá que agarrar una “ruta” porque ni el metro pasa por ahí.
Con tal motivo creemos que se debería de replantear lo de los salarios y estudiar caso por caso, lo cual se llevaría en trabajo, el sexenio completo o no mover ni un peso de lo contraído y pedirles a los indicados, que bajen voluntariamente sus remuneraciones en beneficio de un gobierno austero en la cuarta transformación del País.
Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya rectificó un error que se le había escapado que era el descuento que había hecho a las universidades dentro del presupuesto de 2019; lo que dio pie para que el rector del IPN y el de la UNAM se rebajaran el sueldo sin presión de ninguna especie.
La cosa está ahora con La Guardia Nacional, que la gente no se ha informado correctamente lo que López Obrador tiene pactado con los militares, y es que van a estar en las calles mientras se forma una fuerza civil policiaca que no existe por el momento, porque si siguen las inconformidades y nos quedamos sin fuerzas militares, nunca vamos a acabar con la delincuencia y con la inseguridad, pero en cuanto se vaya formando, la tropa va a ir regresando a sus cuarteles.
Por más que no soportemos su presencia por la forma como se han portado en el pasado reciente, ellos también son mexicanos y necesitamos de su ayuda provisional. Recordemos que con Calderón todos andaban en las calles y a una orden volvieron a sus cuarteles. Pero ahora México por el momento los necesita.
Al menos son más patriotas que los del PRI que siguen comprando a algunos partidos políticos en la Cámara de Senadores, para ponerle zancadillas a AMLO sin importarles que a quien están afectando es al pueblo de México.

Pienso que todavía no se han quitado la camiseta de súbditos de los Estados Unidos y siguen las órdenes de continuar fastidiando al País. Critican y atacan pero no proponen otra salida. A menos que quieran que manden a la guardia nacional de Estados Unidos y nos vuelvan a invadir. Porque no sólo votan contra todo lo que proponen los Senadores (por órdenes de Andrés Manuel o no, como ellos atacan), sino que hasta se amparan jurídicamente para que no les bajen los sueldos, como si no hubieran robado lo suficiente para hacer millonarios hasta sus nietos.

El PRI, antes institucional, el PAN, reaccionarios de cepa, el PRD, falto de principios y de ética a sus propios orígenes y el otro igual de entreguista que los tres anteriores.
Por eso no se debe bajar la guardia, y ya que está el nuevo presidente, que ganó por treinta millones de votos ciudadanos y es todo lo que tenemos, vamos a apoyarlo para  poder salir de este estado de cosas, donde debemos recuperar el patriotismo, la identidad, la historia y nuestra cultura.

Por: Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com

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