Una cosa es ser analista del presidente Andrés Manuel López Obrador señalando sus errores o sus aciertos, ya sea de una forma u otra, pero siempre propositiva aunque sus actos  estén equivocados, pero la labor del analista es estudiar los pros y los contras.
Sucede que la mayoría de los analistas nacionales, que opinan en medios de comunicación; como sus espacios televisivos, radiales o escritos, en la mayoría de los casos se dedican a criticar sus puros adjetivos sin explicación o sustancia alguna.
El Canal 2 de televisa dice que López Obrador está equivocado, que no sabe qué hacer con el poder, que aquello que está repartiendo es excesivo. Igual que Milenio: que la culpa de la pandemia es de él y por eso la economía anda por los suelos.
Igual lo hacen algunos de los principales medios escritos de México, los que en primera plana a ocho columnas pone con gran desfachatez y de mala fe, una nota equivocada que logra que sus lectores la den por verdadera y la defiendan contra viento y marea, aunque en el cuerpo del artículo sean cosas intrascendentes. Al igual que algunos medios internacionales, quienes repiten lo que expresaron esos analistas o sus corresponsales en México.
Se entiende y por eso se acepta, el que dichos medios de comunicación vendan sus opiniones al mejor postor, porque son comerciantes y no periodistas al servicio de la comunidad pero sí a la obtención de fondos de parte de los gobernadores que usan el dinero del erario para comprar conciencias.
Además de los ex gobernantes, socios, familiares, de pasados gabinetes y compadres  que dejaron al País en bancarrota, al entregar bajo contratos leoninos, negocios en manos de empresarios nacionales y extranjeros que se adueñaron de los bienes del País, como el petróleo y la electricidad. 
Nos endeudaron con préstamos internacionales con enormes intereses que hay que pagar anualmente y tiene al País atado de manos, mientras los anteriores directivos de México siguen impunes y usando el dinero que se robaron durante su mandato para desprestigiar al presidente Andrés Manuel López Obrador sin importarles que México está pasando por una de las enfermedades más agresivas que no se habían sufrido desde hace más de cien años y que no tiene para cuando terminar, al no haber la vacuna adecuada que logre parar esta pandemia.
Los nueve gobernadores que en la historia reciente se les ha dado el privilegio de manejar su propia independencia dentro de la federación (ya que durante todos los sexenios del PRI y del PAN, el gobernador que no cumplía las órdenes del presidente era removido a otro puesto o desaparecido del Planeta), pero ahora que nueve de ellos quieren separarse de la federación y hacer su propio país ayudados por algunos periódicos, comentaristas de radio y televisión con sus mentiras, insultos y en especial con sus noticias falsas.
Muchos de los que se dicen analistas políticos de repente cambian de bandera. Entre ellos está el expresidente del PRD que ahora escribe en la revista Proceso, los que hasta corrieron de Televisa por insultar al presidente. A otro ex jefe de gobierno del PRD lo sacaron del partido y ahora no sabe en donde hablar. 
Total que los analistas sólo dicen que “López Obrador se tiene que salir porque le está haciendo mal al País”, pero nunca explican en qué y ahí están los gobernadores del PAN y uno del PRI del sexenio anterior que se quieren separar de México ya que el presidente no les firmará de aval para un préstamo internacional y como no dejan entrar a la Guardia Nacional, sus estados son donde más delitos hay, como Guanajuato, Jalisco, Chihuahua y otros. Pero eso sí, con toda desfachatez, desde ahora están haciéndose publicidad por todo el País, con dinero del presupuesto del estado, para que alguno de ellos sea el próximo presidente de la república.
Volviendo a los analistas orgánicos, como el gobierno ya no les reparte los millones que les daban a los dueños de algunos periódicos nacionales ni a los “periodistas analíticos”, quienes no quieren hablar con la gente de su gabinete e insisten que el presidente los reciba o dicen noticias falsas en los medios que representan.
Y así llegan analistas a su conferencia de prensa (la mañanera) tratando de poner al presidente en ridículo y se tienen que salir con la cola entre las patas, como Ramos, un comentarista gringo que sólo hizo el ridículo; después un “de con”, periodista que quería ser candidato a la presidencia y quedó dolido. 
En otra ocasión una mujer (que quiere tomar el puesto de Carmen Aristegui a quien no le llega ni a los talones) quiso encajonar al presidente y fue de tan mala fe, que los periodistas ahí presentes casi la corren. Ahora escribe en una revista semanal, puras cosas malas de López Obrador sin sustancia o prueba.
No estoy diciendo que todo lo que el presidente hace está bien, ya que es un ser humano, pero si son analistas que hablen de lo bueno y lo malo, pero que no mientan.

Rafael Benabib
rafaelbenabib@hotmail.com

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