Lectura de comprensión


Una vez tuve un sueño tan pequeño y ligero… que lo escondí en el cajón de mi nochero. Este sueño que te cuento era acerca de mí... de los lugares a donde iría y las cosas que vería. Ese sueño era tan pequeño; sin embargo, crecía como su dueño, a lo largo del tiempo le invertía más tiempo a mi sueño, que se hacía cada vez más grande. Soñé con un cohete, así que una mañana del mes de abril empecé a construirlo, tan grande que era que todos mis vecinos venían a mi casa a verlo, y decían: “Yo también quiero un sueño”, yo les contestaba “Todos podemos tener y hacer realidad nuestro sueño, primero tienes que saber qué quieres y después desearlo con todo el corazón y cada mañana trabajar por él. No olviden: el tamaño de un sueño depende siempre del dueño y solo cuándo el sueño haya crecido es hora de compartirlo.”

Yo me moría de ganas por compartirlo con el universo.  Cuando mi cohete estuvo listo para volar, me di cuenta de que el sueño que creí ligero un día de pequeño comenzó a emprender el vuelo lejos, muy lejos, hacia el cielo.

 

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