La trata de personas se ha vuelto un problema global, seduce y atrapa a la víctima, le roba
su vida y bienestar; hasta el día de hoy,
diferentes organizaciones intentan acabar
con este problema social, sin embargo,
diferentes factores como la pobreza y la cantidad de dinero que se maneja no lo han permitido.
Tan antiguo como la propia civilización, la trata de personas es un problema social que afecta a todos los países, ya sea como origen, tránsito o destino. Es uno de los delitos más vergonzosos, ya que le quita a la víctima su dignidad y libertad.
A principios del siglo XX esta situación se hizo más evidente, se le denominó "trata de blancas", ya que las más afectadas eran las mujeres europeas y americanas, de piel blanca; el problema creció tanto que los diferentes organismos de las Naciones Unidas impulsaron tratados para erradicarlo, sin conseguirlo, y después de la Segunda Guerra Mundial dicho fenómeno se expandió por todo el mundo en diversas modalidades, por lo que el término "trata de blancas" ya no era el indicado, no correspondía a la realidad que fue totalmente rebasada.
Es importante anotar que la trata no sólo se refiere al tema sexual, sino a la explotación laboral, el tráfico de órganos, tejidos o componentes de la víctima.
El problema tiene sus raíces arraigadas en la corrupción e impunidad. Se ve fortalecido por la pobreza, los flujos migratorios y la delincuencia organizada.
