la fabula

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La Fábula


Tras mucho tiempo intentando cazar a una urraca, un hombre consiguió al fin su premio.

Para evitar que se escapara su tan codiciada pieza, le anudó un filoso hilo a una de sus patas y se la llevó a su hijo como regalo. A pesar de que su pequeño dueño se desvivía por darle los mejores cuidados del mundo, la urraca no acababa de sentirse cómoda en su nuevo hogar.

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La Fábula


Había una vez una abejita que siempre visitaba un jardín lleno de girasoles. La abejita se pasaba las tardes conversando con los girasoles más pequeños.

En su casa, le decían que el jardín era para polinizar, no para conversar. Pero ella sabía que podía hacer ambas cosas. Y le encantaba.

Sus amigos girasoles eran divertidos y siempre hablaban de cuánto admiraban al Sol. Un día, quiso darle una sorpresa a los girasoles y se fue a buscar un cerillo encendido.

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La Fábula


Un viejo león, que no podía procurarse la comida con sus propias fuerzas, pensó que podría hacerlo por medio de su astucia.

Y así se fue a una cueva y se echó fingiendo que estaba enfermo, de modo que cuando los otros animales iban a verlo los atrapaba y se los comía. Muchos animales habían caído ya cuando la zorra, percatándose de su artimaña, acudió también, y a distancia de la entrada le preguntó cómo se encontraba.

—Mal —le contestó el león.

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La fábula


Una cierva perseguida por unos cazadores se refugió en una viña. Cuando los hombres empezaron a alejarse, la cierva, creyéndose bien escondida, empezó a saborear las hojas de la viña que la cubrían.

Los cazadores, al ver que las hojas se movían, pensaron que allí se escondía algún animal. Dispararon sus armas e hirieron mortalmente a la cierva.

Sus últimas palabras fueron:

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La Fábula


Un noble caballero no solo abrió un teatro sin cobrar la entrada, sino también anunció a todos que recompensaría generosamente a quien se le ocurriera el mejor acto de entretenimiento.

Varios artistas compitieron por el premio. Entre ellos se encontraba un bufón muy famoso en el pueblo por sus bromas. El bufón dijo que él tenía un acto de entretenimiento que jamás se había puesto en escena.

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La fábula


En el suelo malherido yacía un lobo que había sido mordido por los perros.

Como no podía conseguir comida, pidió a una oveja que le trajera agua del río.

- Si me traes agua para beber - le dijo -, yo mismo me encargaré de mi comida.

- Si te traigo agua para beber - respondió la oveja -, yo misma seré tu cena.

¿Cuál es la moraleja?