Días de gozar… y sufrir vacacionistas

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Antes de que aterrizaran las quincenas en las tarjetas de débito, miles salieron de vacaciones, otros esperaron hasta el último momento para zafarse y muchos más se resignaron a quedarse en casa. Ni modo. Los que tienen alberca pretextan “no estamos” (dices que sí estás y te cae la marabunta de invitados espontáneos, dispuestos al saqueo de los refris y el bar, y los que no, también procuran guarecerse ante la invasión mayoritariamente chilanga). Tantos lo dicen: para viajar en Semana Santa, solamente estando locos.