A pesar de que supieron plantar cara y no dejar pasar la Reforma Energética propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador e impulsada a base de gritos y sombrerazos por parte del Grupo Parlamentario de Morena, esa alianza opositora que se veía fuerte, unida y con un rumbo bien establecido que apuntaba a hacer la travesura y arrebatarle el poder a Morena en 2024, hoy, con la elección de 6 gubernaturas tocando la puerta, luce débil, gris y desorientada.

 La realidad es que esa pírrica victoria al parecer solo fue un oasis en el desierto que no supieron aprovechar para lavar esa mala imagen que vienen arrastrando desde hace muchos años, en lugar de eso PRI, PAN y PRD, cayeron en esas viejas prácticas de excesos, cinismo y abusos, así que, más temprano que tarde, esa realidad de desprestigio y desgaste, los alcanzó y permitieron que Morena no solo siguiera operando electoralmente, sino que logró crecer con esas viejas practicas que en antaño que tantos resultados positivos le generaron a los tres partidos que conforman “Va X México”.

El día de mañana, 5 de junio, se vislumbra como el principio del fin de esa alianza opositora, con un pronóstico nada alentador donde de 6 gubernaturas en juego, al parecer solo podrán ganar una, Aguascalientes, y con la posibilidad, no tan descabellada, de que también pierdan esa Entidad. Ante ese panorama tan desolador se pone en tela de juicio la continuidad de esa sociedad partidista que se tendrá que replantear y cuestionar muchas cosas que hicieron y dejaron de hacer si es que quieren mantener su continuidad de cara a las elecciones venideras, algo que no creo que vaya a suceder.

Por esta situación y porque el PRI se encuentra en caída libre, el PAN sin capacidad de reacción y un PRD que ya está extinto, parece que los tres partidos ya se resignaron a competir solo para ganar unas cuantas posiciones que le permitan a su cúpula seguir gozando de privilegios y ya están listos para entregar el 2024 a Morena. 

 No está de más decir que esto es a título personal.

Fíjense nada más… así como a nivel nacional, en Morelos, el PRI es un enfermo desahuciado, en donde a pesar de apostar por un presidente del Comité Directivo joven, prefirió seguir los pasos del pasado y no entendió que había que cortar de raíz esas malas prácticas que los hicieron perder su identidad ideológica y los alejaron de la sociedad.

Fuera de contexto: Sigue dándose a notar el exgobernador tabasqueño y, dicen las malas lenguas, con infiltrados en Morena Morelos que aspiran a ser candidatos a gobernador. 

Por: Omar Arizmendi Hernández / opinión@diariodemorelos.com • Twitter: @om_arh22


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