Hermosa mujer, diplomada maestra de inglés, decoradora de residencias de las más importantes personalidades de los grandes negocios, entregada madre e hija, es Maricela Lavín Carrera a quien el doctor Cardona trajo el mundo el 12 de febrero de 1947. Su padre fue Rubén Lavín Oliveros, ingeniero civil ingresado del IPN y su mamá fue María del Carmen Carrera Cosio, maestra normalista y fundadora de dos escuelas, después ama de casa.
A Maricela le gusta recoger perritos de la calle, desparasitarlos, cuidarlos, vacunarlos y regalarlos a quienes desean tenerlos y protegerlos.
Estudió en el colegio Santa Inés y en el Marymount. La preparatoria la cursó en la UAEM. Se fue a México a la escuela de Guadalupe Inn y en la Universidad Iberoamericana cursó la carrera de licenciado en Administración de Empresas.
Se casó con Pablo Xerjes por la iglesia y tuvieron un hijo llamado Pablo. Vivieron en la Colonia Rancho Cortés y en la Colonia Guadalupe Inn de la Ciudad de México. Al separarse de Xerejes, se fue a vivir a Guadalajara, donde su tío Teodoro le ayudó a salirse de Cuernavaca, junto con la nana Juanita. Durante ese tiempo su tío Teodoro preparaba su divorcio.
En Guadalajara encontró un trabajo en el Seguro Social y consiguió una cita con el  licenciado Guillermo Lizalde, a quien conoció dentro del elevador del IMSS, con mucha gente tratando de entrevistarlo. Ella le grito al licenciado, quien no tuvo más remedio que dejarla entrar.
Mary le pidió trabajo y gracias a la intervención del tío Teodoro la tuvo en una tienda de regalos dentro del IMSS y aprendió el trabajo de cómo organizar dicho negocio. A los ocho días inauguró la tienda a todo lujo en presencia del licenciado Lizalde. La tienda vendía regalos y flores y en ella trabajó durante dos años.
Don Teodoro la llamaba para que se presentara a las audiencias, viajando en el tren nocturno de Guadalajara a la Estación de Buenavista, donde sus padres llegaban por ella cada vez que venía a Cuernavaca.
Cuando regresó a esta ciudad, en el Calvario a un lado de la iglesia de San José puso una carnicería llamada “El Agostadero” con mesitas y café al frente. Esta carnicería en la que estuvo durante 2 años, también tenía una taquería de seis de la tarde hasta la una de la mañana.
Llevaba los pedidos a domicilio después de haber recogido a su papá quien trabajaba en  Obras Públicas, cuando era Gobernador López de Nava o a las minas de arena y la fábrica de telas de manta con telares a mano de su mamá, misma que vendía a casi toda Cuernavaca. “Cuando mi mamá salía a entregar las telas, se arreglaba coquetamente como si fuera a ir a una fiesta. Ella era muy bonita”, suspira.
Maricela recuerda que cuando salía con su hermana Lupita a la escuela, a clases de piano o de baile su mamá, las mandaba con el chofer Manjarrez, Reina la cocinera o Elvira la camarera, pues la señorita no podía ir sin chaperón. En su casa había más personal trabajando que familia viviendo ahí, se ríe.
Se enteró que iban a abrir una universidad de medicina para extranjeros y rentó una propiedad de la familia Lawe en el Boulevard Juárez; la amuebló a crédito y la convirtió en una casa de huéspedes para los estudiantes de la universidad. La renta a los extranjeros incluía las tres comidas y además su lunch. Su hijo Pablo ya tenía ocho años de edad. El doctor Fabela era el dueño de la universidad pero a los 7 meses tuvieron que cerrar, porque el doctor Fabela desapareció con todo el dinero.
Al cerrar la casa de huéspedes estaba embarazada de Abril Marisol y no tenía dinero para pagar la cesarea para pagarle al hospital Henry Dunant. Vendió los muebles de la casa y con eso pagó todo.
Rosa María Mazari tenía tres casas y se las dio a Mary para que las administrara. Fue a ver a Harriet Guerrero al Colegio Cemanahuac, quien le mandó estudiantes a su casa para que Mary les diera clínicas de español con duración de una hora por cada estudiante.
Inició la administración de casas para la gente retirada de la colonia americana. En una fiesta de niños, una señora embarazada dijo que estaba buscando a alguien que se hiciera cargo de ser secretaria y administradora de la residencia del señor B. Dolph. En ese momento, Mary intervino diciendo que ella la podía ayudar, pues hablaba buen inglés y era administradora. Le habló al señor Dolph y este la citó. Tuvieron una conversación en inglés y la contrató por tres días a la semana a través del arquitecto Pepe Parada, quien era amigo del señor Dolph.
Ella trabajaba en la decoración de las casas que el arquitecto Parada construía, comprando los artículos para la decoración de estas, de las cuales se encargaban hasta el último detalle de la decoración y sólo una vez listas para habitarlas las entregaban.
Con el señor Dolph trabajaba parte de la semana y el resto con Pepe Parada. Él le pidió a Mary que se comunicara con Lilian Rivetti y Pietro Rivetti, dueños de la “Casa de la Bola” de la calle Humboldt 90, así como de Hige Life, Cidi y Rivetex en Inglaterra, Italia y México. “Es que la administradora trata muy mal a mi personal”, le dijo la señora Lilian.
El señor John Thompson, quien era propietario de Southland Company, dueño de las tiendas Seven Eleven y las gasolineras Citco, llamó al señor Dolph. Le dijo que vendría y le dio una hora para encontrarse en su casa de Rancho Cortés en la calle Mirador 711.
Mary tuvo que contratar a un nuevo personal de habla inglesa, uniformando a todos y contratando a un cantinero profesional. John le prestó dinero para comprar una propiedad en Cuernavaca donde pudiera cuidar a su papá quien tenía enfisema pulmonar. Siguió trabajando con el señor Dolph, con Pepe Parada, John Thompson, Lilian y Piero Rivetti.
Años después conoció a Harold Frederik Smith quien era ingeniero en jefe de Southland Corporation, con quien Mary se casó en 1987. Duraron varios años casados y él falleció en 2003. Hasta hace poco, Mary fue a la Embajada y reclamó la jubilación de su fallecido esposo.
Mary le pidió a Harriet el Diplomado de Historia de México, como maestra de español para extranjeros en la que estuvo sólo durante cuatro meses.
La llamó Arturo Ballina y le dio la base de Maestra de Español para Extranjeros, además de estudiantes, a los que Mary alojaba en su casa.
El Estado de Morelos en 5 años se llenó de secuestros y por causas políticas, casi todas las escuelas de español se vinieron abajo y se volvió a quedar sin trabajo. Entonces se puso a estudiar Nutrición en la UAEM donde obtuvo un diplomado, fue maestra en lingüística e impartió algunos seminarios.
Maricela Lavín Carrera ha sido una mujer muy trabajadora, inteligente y preparada como maestra, administradora y gente honesta, es ampliamente respetada por la comunidad cuernavacense.

Semblanzas de Morelos
Rafael Benabib
rafaelbenabib@hotmail.com

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